Las altas temperaturas son sinónimo de temporada estival, de paga extra y, lo más importante, de viajes. Y lo mejor es que hay ciertas maneras de viajar de forma low-cost este verano. Aunque lo habitual es que ya tengamos todo planeado, puede que queramos hacer una escapada rápida algún fin de semana o a finales de julio o agosto, para lo que todavía hay tiempo.
Claro que organizar un viaje, sobre todo si es al extranjero, puede implicar ciertos imprevistos y gastos extra que conviene tener bajo control. Por suerte, existen algunas soluciones prácticas para ahorrar y viajar con más tranquilidad.
La mejor opción para viajar en verano depende muchas veces de la demanda o la antelación
Con un presupuesto ajustado, lo que busca todo el mundo es pasarlo lo mejor posible gastando cuanto menos, mejor. De ahí que cada vez sean más habituales las aplicaciones de comparación de precios para transporte y alojamiento, dado que la mejor opción depende en muchas ocasiones de la demanda, la compañía o la antelación con la que reservemos.
Claro que organizar un viaje, sobre todo si es al extranjero, puede implicar ciertos imprevistos y gastos extra que conviene tener bajo control. Por suerte existen algunas soluciones prácticas para ahorrar y viajar con más tranquilidad. Además, con el contexto actual de subida generalizada de precios, es más difícil reducir los gastos y desplazarse de una forma más autónoma, ya que siempre se está sujeto a buscar lo más asequible.
Es por eso que desde reservar con antelación hasta encontrar los días con menos demanda, se cuentan por varios algunos trucos para que nuestro viaje se convierta en una experiencia low-cost, pero disfrutable y aprovechable al máximo.
Viaja en días menos demandados
Los vuelos suelen ser más baratos los martes y miércoles, mientras que los hoteles tienen mejores tarifas entre semana. Evita viajar en fines de semana y festivos para ahorrar.
Reserva con antelación y sé flexible
Los precios de vuelos y hoteles suelen subir a medida que se acerca la fecha del viaje. Reservar con al menos un mes de antelación puede ayudarte a conseguir mejores tarifas. Además, si eres flexible con las fechas y destinos, encontrarás ofertas más económicas.
Usa comparadores de vuelos y hoteles
Plataformas como Skyscanner, Kayak y Google Flights permiten comparar precios y recibir alertas de bajadas de tarifas. Para alojamientos, Booking o Hostelworld son opciones ideales para encontrar precios ajustados. En caso de que se haga por Airbnb, es conocido que es una plataforma que suele ser más cara de lo habitual.
Volar con escala
En determinados trayectos, una forma de ahorrar es evitar los vuelos directos y realizar escalas, sobre todo en viajes de larga duración. Además, hay compañías que ofrecen la posibilidad de realizar un stopover, una escala gratis o con mucho descuento en el destino base de la aerolínea.
Establecer un presupuesto
Una vez elegido el destino y los lugares que se quieren visitar, una técnica muy útil es establecerse un presupuesto diario o global para estimar y saber cuánto dinero se va gastando y poder poner unos límites.
La mejor opción para esto es a través de aplicaciones que controlan tus gastos. Un ejemplo es Tricount, ideal si se va en pareja o con un grupo de amigos.
Comer no tiene que suponer un gasto excesivo
Aprender todo lo relativo al destino al que vamos a viajar, además de cómo llegar, planificar dónde vamos a ir a comer cuándo lleguemos allí puede ser muy importante para nuestra economía este verano. Averiguar a qué sitios van los locales y evita sitios turísticos masificados que solo quieren aprovecharse de tu dinero.
Y aunque la inflación haya borrado prácticamente los menús del día por menos de 10 euros, alguno quedará. Y, si el alojamiento tiene cocina, preparar algunas comidas puede reducir costos significativamente.
Presta atención a las comisiones de los países de destino
Como turista también debes prestar atención acerca de las tasas o comisiones de los países destino, ya que cuanto más dinero se necesite o más larga sea la estancia más veces se intercambiará la moneda.
Por norma general los aeropuertos y algunas casas de cambio en el destino son los sitios más caros para adquirir la divisa. Hay bancos y neobancos que disponen de tarjetas con las que se puede pagar en cualquier país del mundo ahorrando o suprimiendo las comisiones.