David Tomé, agricultor: “No puede ser que vendamos los pimientos a 10 céntimos el kilo y en el supermercado cuesten 2,69 euros. ¿Quién se está haciendo rico a mi costa?”

El joven agricultor denuncia que trabajar en el campo es sinónimo de “miseria” y apunta a la falta de relevo generacional.

David Tomé, agricultor: “No puede ser que vendamos los pimientos a 10 céntimos el kilo y en el supermercado cuesten 2,69 euros. ¿Quién se está haciendo rico a mi costa?” |TikTok (@david_tome)
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La crisis de precios en el campo español se ha convertido en una amenaza real para la supervivencia del sector primario. Mientras los consumidores pagan cada vez más por los productos en el supermercado, miles de agricultores aseguran que ya no pueden cubrir ni los costes mínimos de producción. En este sentido, las redes sociales se han convertido en el altavoz de una generación de jóvenes agricultores que muestran su hartazgo por la actual situación.

Es el caso de David Tomé, un joven agricultor de Torrox que denuncia que le han pagado los pimientos a 10 céntimos el kilo, mientras en los supermercados ese mismo producto se vende mucho más caro. “No puede ser que se hayan vendido los pimientos a 10 céntimos el kilo. Una caja de pimientos son 50 céntimos. Dos cajas de pimientos serían como un paquete de gusanitos”, lamenta.

Denuncia que otros se hagan ricos a costa de los agricultores

El cálculo es demoledor. Mientras el joven muestra su cosecha, señala que hay, por lo menos, “600 kilos de pimiento”, y que si los vendiera al precio que le ofrecen, apenas sacaría 60 euros tras descontar gastos. “En el supermercado están a 2,69 euros y al agricultor se le paga a 10 céntimos”, señala apuntando a los 2,59 euros de beneficio que se llevarían los intermediarios. “¿Quién se estará poniendo rico del trabajo de los agricultores? Yo no pienso sudar para que otros se pongan ricos a mi costa”, denuncia.

Aunque el discurso del joven denota impotencia y hartazgo, también transmite un mensaje de lucha y dignidad. “Queremos un precio digno, tanto para nosotros como para el consumidor. No puede ser que cada vez abusen más de los agricultores”, recalca, mientras se plantea regalar toda la cosecha a un banco de alimentos o a las personas que más lo necesiten antes que malvenderla.

Además, advierte que muchos compañeros están arrancando los pimientos directamente del campo porque “les es insostenible seguir trabajando a estos precios”. La falta de rentabilidad, junto a los problemas burocráticos y la incertidumbre, ahuyenta a los jóvenes del campo y amenaza el relevo generacional. “Yo quiero un futuro para la agricultura y la ganadería, pero nos lo están poniendo imposible. Yo quiero que podamos vivir dignamente”, lamenta.

“¿Este es el futuro que queremos para los sectores primarios?”

Así, David, harto de ver cómo se hunden los precios en el campo mientras los supermercados inflan sus márgenes, resume lo que miles de productores sienten cada día. “¿Esto es lo que queremos en la agricultura? ¿Este es el futuro que queremos para los sectores primarios? ¿Este es el futuro que queremos para el relevo generacional?”, se pregunta apuntando a la desmotivación que esto conlleva.

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