Compra una empresa en quiebra después de renunciar a su trabajo con 52 años y ahora es millonario

Charles Coristine, exempleado de Wall Street, compró la empresa LesserEvil y tras reflotarla de la quiebra la vendió por 750 millones de dólares.

Compra una empresa en quiebra después de renunciar a su trabajo con 52 años y ahora es millonario |YouTube Made in America with Ari Santiago
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Un hombre que trabajaba para Wall Street decidió dejar su empleo a los 52 años y comprar una empresa en quiebra, LesserEvil. Consiguió reflotarla de la bancarrota y venderla por 750 millones de dólares, siendo ahora el director de la compañía y millonario. Él tenía claro el potencial del sector de la empresa y su producto empezó a arrasar en ventas en Estados Unidos rápidamente.

Charles Coristine es un extrabajador y ahora empresario que ha demostrado lo importante que pueden llegar a ser ciertas decisiones y lo que pueden cambiarle la vida a una persona. Quién no arriesga no gana, se suele decir y en el caso de este millonario se cumplió a la perfección. 

Él simplemente era un empleado común que decidió dejar su trabajo en el que tenía cierta estabilidad para lanzarse a ser empresario. Le salió tan bien que se ha hecho millonario en tiempo récord, tras reflotar una empresa que estaba hundida y venderla por 750 millones de dólares (unos 660,2 millones de euros al cambio actual).

Tenía “olfato” para las oportunidades de mercado

Es cierto que su profesión le ayudó bastante, ya que llevaba años trabajando como agente bursátil en Wall Street, por lo que tenía "olfato" para ver oportunidades. Y vaya si lo ha tenido, porque a priori le hubieran tomado por loco, ya que la empresa estaba en quiebra. Charles Coristine, un hombre de 52 años, transformó su vida y la de cientos de personas gracias a LesserEvil, una pequeña compañía de snacks saludables que rescató de la bancarrota con apenas 250.000 dólares (219.000 euros) y mucho esfuerzo. 

Todo comenzó cuando Coristine, tras dejar su carrera bursátil, buscaba nuevos horizontes. Fue entonces cuando conoció al propietario de LesserEvil, quien le confesó que estaba a punto de vender la empresa debido a su crítica situación financiera. A pesar de no tener experiencia en el sector alimentario, Coristine apostó todo a una carta, pagando 250.000 dólares por el negocio e inyectando otros 100.000 dólares más para reducir deudas.

Lo apostó todo por la alimentación saludable

Aunque no tenía apenas formación en el ámbito ni estaba bien relacionado para moverse en ese sector, Charles Coristine decidió apostar por un mercado emergente y aprender rápidamente a manejar su nuevo negocio: la alimentación saludable. LesserEvil comenzó ofreciendo alternativas innovadoras a los tradicionales snacks como las palomitas de maíz y los cheaps, utilizando ingredientes como aceite de coco y de aguacate.

En pocos años, los productos de la marca lograron consolidarse en el mercado estadounidense. Sus aperitivos se posicionaron entre los más vendidos en supermercados y pequeñas tiendas, impulsados por la creciente demanda de opciones más saludables. En 2023, LesserEvil alcanzó una facturación de 103.000 millones de dólares (casi 100 millones de euros), con 83 millones en ventas netas y 14,5 millones en beneficios.

Las claves de su éxito

Uno de los primeros pasos de Coristine fue rodearse de personas de confianza. Recurrió a su antiguo compañero de universidad, Andrew Strife, a quien nombró director de operaciones y financiero, y posteriormente, director de marketing. Además, apostó por fortalecer la identidad de la marca, renovando el logotipo y estableciendo una nueva oficina en Connecticut.

Con recursos limitados, recurrió a préstamos de amigos y familiares, lo que le permitió comprar maquinaria de segunda mano y alquilar una fábrica en Danbury. El crecimiento se construyó a base de improvisación y creatividad, desde la puesta en marcha de la planta hasta la remodelación de su fachada.

"Me gusta tanto lo que hago que no parece un trabajo", confesó Coristine en una entrevista a CNBC Make It. Su estrategia de utilizar ingredientes únicos y de alta calidad resultó fundamental para destacar en un mercado altamente competitivo.

En el punto más alto de la empresa, Charles Coristine decidió dar un paso audaz: vender LesserEvil a The Hershey Company. La operación, valorada en 750 millones de dólares, se convirtió en un auténtico éxito. Aun después de la venta, Coristine continúa en la compañía como directivo, disfrutando ahora de una posición con menos presión y una mejor calidad de vida.

Tuvo algún susto con Sanidad pero salió adelante

El crecimiento de LesserEvil también estuvo marcado por su filosofía empresarial. Coristine promovió un entorno laboral positivo, lo que atrajo a más de 350 empleados entre la planta original y la nueva fábrica inaugurada en 2024 en New Milford.

No todo fue coser y cantar, ya que tuvo un susto con una inspección de Sanidad en la que encontraron plomo en algunos de sus bocatas, pero Coristine reaccionó rápido y sustituyó la harina de yuca por sorgo en estos productos, evitando así tener que retirarlos.

Ahora Charles Coristine presume de haber pasado de Wall Street a dirigir un proyecto propio que no solo le ha dado riqueza, sino también felicidad y tiempo libre tras apartarse como cabeza visible. Sí, adora su trabajo, pero se ha apartado en parte de él porque como él dice: "Trabajo menos que cuando estaba en Wall Street, con un horario de 7:45 a 16:30 horas, lo que me deja mucho más tiempo y una gran sensación de felicidad".

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