Cuando un adolescente cumple los 16 años no tiene obligación de seguir estudiando, esto significa que termina la enseñanza obligatoria en España. No cabe duda, por tanto, de que este hecho supone un momento decisivo en la vida de miles de jóvenes estudiantes, y claro está, también en la de sus padres y madres que ven como sus hijos o hijas se plantean si continuar o no con sus estudios.
Por lo que llegados a este punto la pregunta es, ¿cómo motivar a un adolescente a estudiar y que no abandone sus estudios? La respuesta no parece sencilla, ni siquiera para los profesionales en la materia. Hay que tener en cuenta que el pasado año 2020 en nuestro país el abandono temprano de la educación-formación alcanzó la cifra de 20,2% en el caso de los hombres y 11,6% en el de las mujeres, según un reciente estudio publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esto supone ocupar la cuarta posición en el ranking europeo, solo superados por Bulgaria, Malta y Rumanía. Por el lado contrario se encuentra Bélgica, país en el que solo dejan atrás sus estudios un 5,9% de la población juvenil. La educación española se extiende hasta los 16 años, al contrario que otros lugares como Alemania, Holanda, Bélgica o Portugal, en los que se debe estar escolarizado hasta cumplir la mayoría de edad. Por lo que cabe preguntarse, ¿cómo acabar con la tasa de abandono escolar entre los jóvenes?
Claves para motivar a un adolescente a no abandonar sus estudios
Lo primero que hay que tener en mente es que la adolescencia es en sí una etapa en la que la rebeldía, así como de querer llevar la contraria a los progenitores, son parte del día a día. Dicho esto, la comprensión y el no enfrentarse verbalmente con el adolescente son dos de las premisas más importantes.
Y es que por duro que parezca, es momento de empatizar con amor, paciencia y sobre todo mucho cariño pues si se hace de otro modo, como se suele hacer desde la imposición, puede generar una reacción brusca. Todo lo contrario lo que se estaba buscando conseguir en un primer momento.
A todo ello hay que sumarle el hecho de que se trata de un trabajo multidisciplinar, en el que deben de colaborar con el esfuerzo y el tesón no solo los padres y madres, sino que es importante contar con el apoyo de los profesores así como el equipo de orientadores que trabajen en el instituto.
Técnicas para motivar a los jóvenes a estudiar
Es momento de pasar de la teoría a la práctica. Si el joven quiere retirarse de los estudios, probablemente es que no encuentre una razón de peso para continuar con ellos. ¿Por qué ocurre algo así? Hay que saber detectar la falta de motivación y el vacío que se pueda sentir en ese momento. Aquí entra en juego el diálogo.
La tarea se basará en descubrir cuál es su verdadera pasión y acompañarle en este difícil proceso para que escoja la mejor alternativa. Aunque ojo, se trata de orientarle con técnicas y herramientas para saber qué le mueve por dentro, no de imponerle nuestra forma de pensar y presionarlos. Recuerda que se trata de todo lo contrario, de guiar y permitir que construya su propio camino.
Consejos
- Hay que tratar de comer o cenar en familia. Es fundamental establecer vínculos afectivos y pasar tiempo con el adolescente para que no se sienta solo. Dialogar de su día a día, dándole importancia a todo aquello que les mueve.
- Los jóvenes no siempre están por la labor de hablar, por lo que si no le salen las palabras y además están a la defensiva, lo mejor será preguntarles con dulzura por lo que han hecho durante el día y qué actividades tienen pensadas realizar.
- Conocer que les mueve es también otra clave para poder entenderlos. A menudo los progenitores confunden lo que les motiva a ellos y lo quieren proyectar en sus hijos. Hay que saber diferenciar, cada persona es un mundo aunque os una la misma sangre, y también lo es tu hijo o hija.
- Déjales que hagan aquello que les apasione, pero siempre brindándoles esta oportunidad desde la cultura del trabajo y el esfuerzo.
- Ser conscientes del fracaso, por muy duro que nos pueda parecer. No siempre se va a tener un alumno brillante en casa. Puede suceder que saque malas notas porque no haya nada que les empuje en ese momento a continuar hincando los codos. No hay que reprocharlo, si no mirar hacia adelante y pensar soluciones prácticas para el futuro.
- En otro caso, y si no hay más remedio, otra opción puede ser que se ponga a trabajar o a realizar prácticas en una empresa. Esto suele ser mano de santo. La vida del trabajador suele ser dura e implica mucho esfuerzo. Y es que en el momento en el que se tiene que estar 8 horas, o incluso más, desarrollando un puesto de trabajo, normalmente de mucha actividad física por la falta de estudios, los jóvenes cogen los libros con más fuerza que nunca. Es una lección ardua, pero también hábil.
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