Antonio Reyes, camionero autónomo de 27 años, ha explicado en el podcast de Youtube ‘Rutas de éxito’ cómo comenzó a trabajar en el sector del transporte, y lo complicado que fueron los inicios. Este profesional, trabajador por cuenta propia y que ya gestiona su segundo camión, tuvo que enfrentarse a una gran inversión inicial, ya que conseguir los carnés y el CAP (Certificado de Aptitud Profesional) supusieron un gasto de entre 3.000 y 4.000 euros. Esta cantidad, explica, es lo que se paga en la mayoría de las comunidades autónomas aunque hay algunas, como Extremadura, que contemplan subvenciones.
“No es una excusa, pero hay muchas formas para abaratarlo si se busca bien”, como fue su caso ya que ha señalado que consiguió parte de su formación gracias a ayudas públicas que le concedieron porque estaba desempleado. “Arranqué con cero euros en la cuenta y una deuda en el taller de casi 8.000 euros por reparar mi primer camión”. A estos gastos hay que sumar los costes fijos de la cuota de autónomo y la gestoría, que aproximadamente son 1.200 euros al mes “trabajes o no”. “Aunque el camión no ruede, siguen cayendo los gastos”, afirma.
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Según explica, existe una importante falta de relevo generacional. “En mi entorno no hay apenas jóvenes que estén interesados en subirse a un camión por cuenta propia”. Lo que les echa para atrás es el alto coste inicial y la incertidumbre que da no tener una nómina fija a fin de mes. “Muchos optan por empleos asalariados con horarios fijos y menos riesgos aunque cobren menos”.
“Si tienes un accidente, el camión puede estar meses parado pero los gastos siguen sumando”
En los diferentes post de ‘Rutas de éxito’, muchos camioneros coinciden en lo mismo. Trabajar por cuenta propia subido a un camión es inseguridad, inestabilidad en los ingresos y tener que soportar la presión fiscal. Aunque la facturación bruta de un camión puede estar entre los 12.000 y los 15.000 euros al mes (más IVA), los gastos fijos y los variables entre los que se encuentran el combustible o el mantenimiento dejan un beneficio menor (de 4.500 a 5.000 euros).
A esto hay que añadirle que la carretera tiene ciertos imprevistos como por ejemplo que se averíe el camión o los accidentes. “El camión puede estar parado meses y los gastos siguen sumando”, asegura Reyes que lo ha vivido en primera persona pues estuvo 118 días sin trabajar por un siniestro.
“Muchos prefieren invertir en ocio antes que ahorrar para lanzarse como autónomos”
Antonio Reyes encuentra un problema en la falta de ganas que ve en la sociedad actual con respecto al trabajo como camionero. Sobre todo entre los jóvenes como él a quienes encuentran desencantados por la falta de reconocimiento social. “Muchos prefieren invertir en ocio y en consumo inmediato antes que en ahorrar para lanzarse como autónomos”.
Las nuevas generaciones tienen más en cuenta la estabilidad que da cobrar el sueldo a fin de mes, tener un horario laboral fijo y dejar de lado las preocupaciones por qué pasará el día de mañana, un temor que acecha a todos los transportistas.
Entre las propuestas para mejorar está la necesidad de simplificar los trámites fiscales, facilitar el acceso a la financiación y aumentar la protección social cuando hay una baja laboral o un accidente. Además piden más flexibilidad en la normativa de descansos y tacógrafos para adaptar la jornada a las necesidades reales de los transportistas y de este modo favorecer la conciliación familiar.
Mirando al futuro, Antonio Reyes señala que la clave está en una buena formación y rodearse de grandes profesionales. “Con esfuerzo y ganas, todo sale pero hacen falta menos trabas y más respaldo para tirar para adelante”.