Trabajar como electricista en España en la actualidad puede significar cosas muy distintas según se haga por cuenta ajena o como autónomo. Porque la diferencia no solo está en la nómina, sino en la manera de organizarse o en la posibilidad de crecer profesionalmente dentro del sector.
Así lo cuenta Álex, un joven electricista de 29 años con gran experiencia en el sector, en una entrevista para NoticiasTrabajo, en la que desvela cómo es pasar de trabajar como asalariado a dirigir tu propia empresa. “Nunca me he sentido a gusto trabajando por cuenta ajena porque siempre chocaba con los encargados, ya que tenía una mentalidad de autónomo”, asegura.
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Diferencias entre trabajar por cuenta ajena y como autónomo en el sector
Álex empezó en el sector de la electricidad de manera accidental. Trabajaba de peón de obra y sufrió un pequeño accidente eléctrico que le llevó a investigar lo que le ocurrió y a descubrir el oficio. Aunque comenzó como asalariado en una empresa de instalación, se dio cuenta que lo que más encajaba con sus valores e ideales era trabajar como autónomo y ser su propio jefe. Explica que el ritmo de trabajo de sus compañeros estaba por debajo de lo que él podía alcanzar.
“Tú empiezas a trabajar en una empresa, y si los compañeros montan 100 metros de canal al día, tú no puedes llegar y montar 150, porque eso obligaría a los demás a aumentar su rendimiento. Y así, de alguna manera, les estás fastidiando”, lamenta Álex, ya que en su opinión se trata de una dinámica que penaliza la productividad y dificulta la mejora de condiciones.
Además, asegura que en la obra le inculcaron una “mentalidad de autónomo”, es decir, “trabajar por objetivos, trabajar sin mirar la hora, sin mirar el precio, sin mirar el metro, sino lo máximo que se podía hacer ese día”, apunta Álex convencido.
“Me di cuenta de que mi personalidad era de ser autónomo, de siempre sacar el máximo rendimiento, ya que mi mentalidad siempre estaba en trabajar a precio cerrado, no por la nómina de final de mes”.
Una visión que le ha permitido desarrollar su propio negocio, con hasta ocho empleados a su cargo y la capacidad de fijar precios en función del mercado y de los materiales suministrados, una ventaja que, según recalca, está vetada al trabajador asalariado.
Sueldo de un asalariado y de un autónomo
En lo que respecta al salario, también existen diferencias entre trabajar por cuenta ajena o como autónomo. De hecho, es uno de los principales incentivos para optar por el modelo autónomo en el sector de la construcción, según Álex. “Un asalariado tiene un techo, un límite muy limitado”, sostiene, mientras que para los autónomos “el límite es la facturación, pero no existe un tope real”.
Mientras él, como autónomo, puede ganar entre 15.000 y 20.000 euros al mes, apunta que en su empresa un oficial de primera cobra actualmente “unos 2.000 euros netos, más dietas, gasolina y transporte”. Y aunque se trata de un sueldo bastante elevado en comparación con otras profesiones, lamenta que conlleva un coste empresarial de hasta 3.600 euros mensuales por cada empleado.
Sin embargo, esta dualidad, que se extiende a buena parte de los oficios manuales, plantea retos para el futuro del sector y para garantizar el relevo generacional. La falta de atractivos salariales y de autonomía para los asalariados dificulta la incorporación de nuevos profesionales, mientras que el trabajo autónomo exige asumir mayores riesgos y responsabilidades.