Vodafone prepara su segundo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en menos de dos años. La operadora británica de servicios digitales ultima para finales de este mes de septiembre la ejecución del despido de más 500 empleados. El contexto de un mercado asfixiado por la dictadura del low cost que imponen algunas compañías de reciente creación y la transformación hacia una digitalización creciente, según la compañía, les pone en la puerta de salida.
Nuevo ERE en Vodafone
Concretamente, 515 empleados, mayoritariamente de los sectores comerciales, operativos y de productos y servicios, serán los que proponga la entidad presidida por Nick Read a los sindicatos y representantes de los trabajadores en la negociación que se presenta como siguiente etapa en la hoja de ruta. Un adelgazamiento del 12% del total de la plantilla en España que justifican como un “paso esencial para afrontar las desafiantes condiciones del competitivo mercado español".
Se trata de la cuarta vez que la empresa recurra a esta figura del despido colectivo en los últimos diez años. Cercano a 1.200 empleados resultó el tijeretazo de 2015, pese a que se invirtieron casi 7.200 millones de euros en la compra de ONO. Aunque fue menor el más reciente, el realizado en 2019, en la que se acortó la plantilla casi el doble de lo que se pretende esta vez, sí resultó el más espinoso: puso en ascuas a los sindicatos y provocó días de huelga que bajó del millar los despedidos.
Los sindicatos culpan a los dirigentes
Como acostumbran el colectivo de trabajadores y representantes de lo mismos se niegan rotundamente a la decisión e instan a su cancelación porque supondría debilitar las áreas de acción señaladas, que se verían reducidas en un 25%. Así lo mostraron en el primer acercamiento de unas negociaciones que se prevén chispeantes y en la que se encargaron de señalar a los altos rangos de la compañía.
"Se trata del cuarto intento de la compañía por intentar ocultar una gestión de sus dirigentes que no es capaz de reconducir la marcha de la compañía", afirman desde UGT, quienes acusan de la incapacidad de la cúpula de mando de Vodafone de adaptarse a los cambios.
La hemorragia del low cost
"La intensidad competitiva en precios y la deriva hacia las tarifas de bajo valor en España ha provocado una fuerte caída de los ingresos y un importante deterioro de los márgenes", aseguran desde la empresa, tratando de justificar la radicalidad de una postura forzada por las nuevas reglas del mercado.
Compañías de reciente creación como Digi, Másmóvil o Virgin Telco han impuesto la dictadura de las tarifas low cost (bajos precios) que ha dejado en fuera de juego a gigantes del tablero como la propia Vodafone, Telefónica o Orange, que también deben recurrir a la tirita del ERE para taponar la sangría económica de pérdidas. De hecho, esta última operadora ya se cargó a 400 empleados, camuflando la mitad de ellos en prejubilaciones desde los 54 años, que inicialmente estaban fijados en 485.
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