Los jubilados son sin duda alguna, la voz de experiencia, pero en la actualidad apenas son escuchados por los jóvenes. Los años acumulados en sus espaldas son errores que se han convertido en experiencia. En este sentido, el creador William Rossy, a través de su canal Sprouht, ha entrevistado a jubilados mayores de 80 los cuales hablan de sus mayores errores y los consejos.
“Mi prisa por casarme fue un error. Me casé demasiado pronto y me arrepiento. Me encontraba en un buen momento profesional, pero sentí que el reloj corría. Lo dejé todo y me equivoqué”, confiesa una mujer con serenidad. Otro hombre coincide: “Yo también me casé antes de tiempo. Me llevó años darme cuenta de que aún estaba cambiando, que no me conocía del todo.”
El tiempo y como lo aprovechamos se ve que el tema principal de todos. Muchos lo aceptan con calma, pero sin negar la nostalgia. “Estoy bien de salud, no me puedo quejar, pero uno ve venir el final. Espero a mi primera bisnieta en enero. Me gustaría verla. Moriré con una sonrisa, pero con pena”, dice uno de los entrevistados con una mezcla de ternura y resignación.
Otro añade con un toque de ironía: “Hacerse mayor no es para los débiles. Estoy bien, tengo amigos, un marido estupendo, pero lo duro es cuando tienes que renunciar a cosas porque el cuerpo ya no acompaña”.
“El secreto de un matrimonio largo es el respeto”
Las historias de amor y convivencia también ocupan un lugar central en las entrevistas. Un hombre de 92 años recuerda su matrimonio de más de medio siglo: “Estuvimos casados 55 años. El secreto fue el respeto. Muy pocas cosas en la vida valen una pelea. Si ella quería ir al centro y yo al parque, íbamos al parque, y todos contentos. ‘Feliz esposa, vida feliz’, es verdad.”
Otro matrimonio, que lleva 67 años juntos, lo resume con sencillez: “Nos casamos jóvenes, con 21 y 22 años. Tuvimos a todos nuestros hijos antes de los 30. Ella me cuidó, me enseñó a comer bien, a hacer ejercicio. Si hoy estoy bien, es por ella.”
También hay quien ha pasado por más de una historia de amor. “He estado casada tres veces. Mi primer matrimonio duró 24 años, luego tuve otra relación de 21 y mi último marido murió con Alzheimer. Mi actual pareja perdió también a su esposa. Nos conocimos a los 72. Tenemos mucha ‘franquicia de equipaje’, como decimos. Nos damos margen.”
Más allá de los amores y los duelos, muchos lamentan que las nuevas generaciones vivan tan deprisa. “El problema de hoy es que nadie tiene tiempo para sentarse y hablar con su pareja. Creen que pierden algo si se detienen a conversar”, comenta un hombre con firmeza.
Otra mujer coincide: “Hay que ser social, mantener amistades, conversar. Cuando la gente se aísla, se vuelve gruñona y eso les acaba afectando la salud”.
La soledad, advierten, es uno de los grandes males de la vejez. “Cuando tienes gente con quien hablar, no envejeces igual. La conversación mantiene viva la mente.”
“La vida hay que disfrutarla mientras se pueda”
Pese a los años y las pérdidas, los entrevistados no pierden la esperanza ni el sentido del humor. “Disfruta de la vida todo lo que puedas, mientras puedas. Cuídate, respétate y viaja. Viajar te abre la mente, te enseña tolerancia.”
Otra entrevistada confiesa que no le gusta dar consejos, pero sí compartir su experiencia: “No me gusta que me den consejos, así que tampoco los doy. Pero tengo mucha experiencia. La vida me enseñó que el amor no es algo que te pasa, es algo que se construye. Hay que trabajarlo, cuidarlo, alimentarlo.”
El vídeo termina con una reflexión sencilla, pero poderosa: una conversación puede cambiar la vida. “Hablar con alguien mayor es una forma de viajar en el tiempo. Si no puedes viajar por el mundo, habla con quien ya ha vivido más que tú. Eso también te da perspectiva”, resume uno de los participantes.
Y entre todas las frases, una idea se repite con fuerza: la importancia del contacto humano. “El valor de hablar con un desconocido es el toque humano. Sentir, escuchar, compartir. Eso es la vida.”
Quizás por eso, cuando el entrevistador les pregunta qué consejo darían a los jóvenes, una de las mujeres responde sonriendo:
“No lo sabes todo, y eso está bien. Levántate cada día y sigue aprendiendo.”

