El debate sobre el papel de los jóvenes en el mercado laboral sigue abierto. La precariedad, la temporalidad y los salarios bajos marcan la experiencia de la mayoría de quienes intentan acceder a un empleo tras acabar sus estudios.
En este contexto, unas declaraciones del economista Gonzalo Bernardos sobre los jóvenes, ha encendido la polémica y ha provocado críticas contundentes entre varios universitarios, que rechazan sentirse señalados por una supuesta falta de esfuerzo y dependencia económica de sus padres.
Las polémicas palabras de Bernardos que han encendido a los jóvenes
“Hay gente que tiene 25, 26 y 27 años y dice: ‘Yo ahora no trabajo, voy a vivir la vida’”, es como empieza la polémica intervención que hizo Bernardos públicamente. “Y tienes una barbaridad de personas pululando por las principales capitales del mundo. ¿Y sabes quién paga? No pagan ellos, ¿sabes quién paga? Los padres, que mantienen a los hijos”, continúa. “Veo muchas quejas y no veo que aprovechen las oportunidades. La principal enfermedad de este país se llama mamitis y papitis”, concluye.
Sin embargo, el economista no se ha librado de las reacciones de los jóvenes, que han estallado en duras críticas al considerar injusta la generalización sobre la supuesta comodidad de su generación por el desconocimiento de las dificultades reales a las que se enfrentan los jóvenes hoy en día.
Reacción de los estudiantes
“Generaliza mucho. No creo que todos los jóvenes sean así”, protesta una de las jóvenes recogidas en el vídeo de respuesta, elaborado por NoticiasTrabajo, quien subraya que muchos comenzaron a trabajar desde los 15 o 16 años “porque realmente papá y mamá no nos pueden dar lo que necesitamos”.
Insisten en que la supuesta comodidad juvenil no es lo común y apuntan a “una minoría”, recordando que la falta de oportunidades laborales y la precariedad marcan el día a día de la mayoría de jóvenes. Otro estudiante replica directamente a Bernardos: “Que se ponga en nuestra piel. Es muy fácil hablar desde una silla con tu traje, pero es muy complicado cuando te pones a buscar trabajo y te rechazan porque no tienes experiencia o porque eres muy joven”, critica.
Además, la mayoría de los jóvenes preguntados rechazan la idea de que la responsabilidad recaiga en los padres y señalan directamente las dificultades del mercado laboral. “Es muy fácil echarle la culpa a los padres”, protesta una universitaria, que subraya cómo, incluso con buenas calificaciones, es normal no conseguir plaza o no acceder a un empleo en condiciones. “Le diría que se tiene que meter en un trabajo que eche 50 horas semanales”, apunta la estudiante, que reivindica el deseo de independencia económica, pero recuerda que para muchos resulta inalcanzable.
“Si voy a un trabajo y lo que van a hacer es explotarme, no lo voy a coger” explica otra estudiante. A su juicio, no se trata de falta de voluntad, sino de la exigencia de aspirar a un empleo digno en un contexto en el que, remarcan, no todos cuentan con “mucho dinero” de respaldo familiar.
