La época de rebajas son sinónimo de contratos temporales, jornadas muy intensas y plantillas multiplicadas para cubrir la avalancha de clientes. Pero hay un detalle que pocos clientes imaginan. Según Unay Ferrer, existe una palabra específica que los dependientes tienen totalmente vetada durante su turno.
“Hablo de las tiendas en las que yo he trabajado, que son muy famosas”, explica, evitando dar nombres concretos. El joven relata cómo, cada vez que llegaba la temporada de descuentos, las normas internas se endurecían. Primero “te llamaban solo para el verano, para hacer el trabajo de ocho con solo tres personas” y después, el control absoluto sobre lo que podía decirse a los clientes.
La palabra prohibida que no se puede pronunciar en tiendas famosas
“A mí, si venía un cliente y me preguntaba por un top de lentejuelas, yo le decía que estaba en el burro de las rebajas”, cuenta Ferrer. Fue en ese momento cuando una encargada lo interrumpe en seco. “¡¿Cómo se te ocurre decir ‘rebajas’?!”, le advirtieron, “se dice ‘saldo’”, especificó la superiora. El creador reconoce que se sintió como en una cámara oculta: “Pero, ¿por qué? ¿Qué pasa si lo digo?”, preguntó extrañado.
La respuesta no admitía debate: “Aquí no podemos decir ‘rebajas’, está prohibidísimo”, le explicó la encargada. Ni una sola mención, aunque toda la tienda estuviera empapelada de carteles anunciando la palabra. “Pero si en la puerta pone ‘rebajas’ y los clientes dicen ‘rebajas’”, protestó Ferrer, que aún no entiende el motivo de este “veto”, ya que nadie le explicó el porqué de esa norma.
Empleados y clientes no entienden esta norma
La confesión de Unay ha desatado una ola de comentarios en redes sociales. La mayoría coincide en el sinsentido de la norma: “‘Saldo’ suena peor”, repiten decenas de comentarios. “A mí ‘saldo’ me suena mal, prefiero ‘rebajas’”, responde una usuaria, mientras otra ironiza: “A mí me dices ‘saldo’ y te digo ‘¿el qué?’”.
Además, muchos de los comentarios vienen de otros empleados del sector que han vivido situaciones igual de surrealistas. “No te dejan decir ‘la prenda está de rebaja’, hay que decir ‘con descuento’, ‘en promoción’, o no está ‘barato’, sino económico. Una cosa de locos”, explica otra dependienta. Incluso empleados de otras cadenas relatan casos similares: “A mí en Burger King, al final del pedido, no me dejaban decir ‘¿va a querer algo más?’”, tenía que decir ‘¿Eso es todo?’”.
