Reservar unas vacaciones por internet nunca fue tan arriesgado. Una familia madrileña ha perdido 1.800 euros tras alquilar una vivienda inexistente en Galicia a través de ‘Booking.com’, el mayor portal digital del sector, que presume de garantías y atención al cliente.
Sin embargo, la realidad, según su protagonista, es bien distinta: “Ocho llamadas, tres horas al teléfono y nadie se hace responsable. La casa no existe y Booking no mueve un dedo hasta que llegas y te encuentras la puerta cerrada”, lamenta.
La odisea comienza cuando Raquel Torres y su familia llegan a Boiro (A Coruña) tras reservar una casa vacacional para pasar unos días de verano. El precio que han de pagar por la estancia asciende a 1.800 euros, importe que tiene que abonar por adelantado, pero se esfuma nada más poner un pie en la localidad gallega. La dirección proporcionada en la reserva es real, pero la casa que se anuncia en la web no existe y, según confirmó un vecino, en esa casa vivía una familia todo el año, dejando claro que ese inmueble no se alquilaba.
Sospechaba que algo iba a ir mal
Lo peor es que antes de viajar, Raquel ya sospechaba que algo no cuadraba: los supuestos propietarios nunca respondieron a sus mensajes, y cuando contacta con Booking.com la respuesta es de manual: “La reserva está confirmada” y “no hay protocolo si no se puede contactar con el anfitrión antes de la llegada”. Solo cuando la entrega de llaves falla, prometen, buscarán una solución.
Sin embargo, la supuesta solución es lo que parece ser un laberinto sin salida. Raquel llama a atención al cliente y el problema comienza a entrar en bucle: ocho personas distintas, tres horas explicando el mismo problema y la llamada se corta cada vez que detalla la estafa.
La reacción de Booking
Al final, Booking ofrece dos alojamientos alternativos, ninguno útil para la familia. Así que, desesperada, Raquel busca otra opción por su cuenta. Mientras tanto, la segunda oferta de Booking llega al día siguiente: un pequeño apartamento, lejos del chalet prometido, y 600 euros más caro.
Esta opción incluye el pago de la diferencia con la promesa de un reembolso posterior del cual Booking no ha confirmado ni ha explicado cómo ni cuándo llegará. Y aunque se desconocen cifras sobre cuántos casos similares se repiten cada verano, cabe destacar que las reservas “confirmadas” no garantizan que la casa exista. Y si el anfitrión no responde y la oferta parece demasiado buena, lo más probable es que se trate de una estafa.

