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Un propietario de 78 años recupera su casa tras colarse dentro en un descuido del okupa: la policía solo acudió cuando el ocupante llamó diciendo estar en peligro

El jubilado logró recuperar su domicilio con rapidez y un poco de suerte, a pesar del escaso apoyo policial inicial.

Un anciano en la puerta de su casa
Un anciano en la puerta de su casa |Envato Lab
Lucía Rodríguez Ayala
Fecha de actualización:
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Las ocupaciones tras alquileres turísticos se están haciendo cada vez más comunes, lo que añade un nuevo riesgo para quienes optan por esta modalidad de alquiler. Una estancia de apenas unos días supone ciertos riesgos como el de la que la vivienda queda okupada de forma permanente. Estos es lo que le ha pasado a un anciano de 78 años residente en Romainville (Seine‑Saint‑Denis, Francia), que vio cómo su casa fue okupada tras alquilarla legalmente durante tres noches.

El anciano se enteró de que su casa había sido okupada a través de una llamada telefónica del propio okupa. Según la información publicada en el medio Figaro Inmobiler, poco antes de que la estancia llegara a su fin, su inquilino le informó de que había cambiado las cerraduras y modificado la titularidad del suministro eléctrico.  “Esto no le va a gustar, no es nada personal, pero me quedo aquí”, le informó en la llamada. 

En cuanto recibió la noticia, el propietario acudió con su pareja a la vivienda. Para su sorpresa, llegó justo cuando el okupa volvía al inmueble. La verja estaba abierta, lo que le permitió introducir el pie en la puerta sin necesidad de violencia excesiva. El enfrentamiento resultó tenso y acabó con lesiones. El jubilado y su pareja necesitaron varios días de reposo, pero aun así consiguieron recuperar su casa. 

La policía solo intervino cuando el okupa llamó alegando estar en peligro

Tras entrar en la vivienda, el anciano llamó a la policía, pero este primer aviso no surtió el efecto esperado y le informaron de que debían formalizar una denuncia. Cuando la pareja volvió a pedir ayuda, la policía se negó a intervenir. Fue solo cuando el ocupante también llamó pidiendo auxilio, alegando estar “en peligro”, los agentes acudieron y revisaron los documentos.

La verificación policial determinó que el okupa no acreditaba ser residente legal de la casa, y tenía como documento solo una tarjeta de seguro médico, mientras que los propietarios presentaron papeles de identidad y justificantes de domicilio. Además, se descubrió que el coche del okupa había sido robado y era conducido sin licencia. Estas irregularidades motivaron su detención. 

La causa judicial sigue abierta, con un juicio fijado para febrero de 2026 por daños a propiedad ajena y allanamiento de morada.

Aunque los dueños han recuperado la vivienda, han sufrido pérdidas, les robaron documentos y pertenencias, y han tenido que cambiar las cerraduras de forma urgente. Además, el incidente les ha causado desgaste físico y emocional.