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Un guineano que lleva 6 meses en España: “aquí mucha gente vive de las apariencias, pero al final del mes están hasta el cuello de deudas”

Santi, un youtuber recién llegado a España, desmonta en su canal el mito del paraíso español: "no os dejéis engañar".

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Un guineano que lleva 6 meses en España: “aquí mucha gente vive de las apariencias, pero al final del mes están hasta el cuello de deudas” |YouTube (EYAMAA)
Fernando García Ferrer
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España, tierra prometida para tantos migrantes africanos, esconde una trastienda que casi nadie cuenta. Santi, un joven ecuatoguineano, solo necesitó seis meses para ver de cerca el lado menos amable del “sueño español”.

“Aquí mucha gente vive de las apariencias. Ves a alguien con casoplón, cochazo, el último móvil, pero cuando llega el fin de mes es una de las personas que más sufre. Tal y como el salario entra, también se va”, resume en su canal de YouTube EYAMAA, donde narra sin filtros su día a día en España.

La trampa de pagar a plazos

El truco, explica Santi, está en el sistema de “pagar en cómodos plazos”, una trampa de consumo masivo que muchos recién llegados no ven venir:

“Te permiten comprarlo todo a plazos. Netflix a 4 euros, el iPhone a 20, el Internet a 15, el coche a 100... Así, mucha gente lo paga todo mes a mes y al final solo les queda deuda. En Guinea, ver a alguien con tantas cosas impresiona, pero aquí es normal y nadie sabe realmente cómo vive esa persona por dentro”.

Detrás del escaparate de tecnología, moda y coches nuevos hay una cadena de pequeños pagos mensuales que se acumulan, hasta asfixiar. Santi detalla cómo este sistema, que aquí se vende como libertad financiera, acaba atrapando a miles de personas en una rueda que no para.

Santi lanza un aviso a los extranjeros: “No os dejéis engañar, aquí muchos pagan todo a plazos, pero a final de mes están de deudas hasta el cuello. Verás que hay personas que la envidian, pero no saben que igual ellos están mejor que ellos”.

La comunidad africana y la presión de la identidad

Pero la desilusión no viene solo de la economía. Santi también retrata la brecha entre africanos de diferentes países, y cómo, para un guineano, la integración es doblemente complicada:

“Desde que estoy aquí, aún no termino de pillar el rollo de la gente negra. El otro día, un chico de Ghana me preguntó por qué no llevaba mi traje tradicional africano. Me quedé a cuadros. ¿Acaso los guineanos tenemos traje tradicional africano?”.

Santi se rebela contra la idea de una África homogénea y señala la desconexión de Guinea Ecuatorial respecto a otras comunidades: “He notado que Guinea Ecuatorial está hasta cierto punto desconectada de otros países africanos. Hay realidades que yo no he vivido y que no termino de entender”.

Esa sensación de ser ‘el diferente’ entre los africanos en España lo acompaña desde que llegó, pero a la vez, reconoce que hay lugares donde la nostalgia golpea de lleno: “Pasas por Fuenlabrada, Leganés, Mostoles… y de repente escuchas a alguien hablando en fang. Es totalmente el aire de Guinea. Ahora entiendo lo que decían los guineanos de que España es como una versión de Guinea, pero europea”.

Comida barata y kilos de más

Otro mito que Santi expone es la alimentación. En Guinea, la comida rápida es de ricos, en España, de pobres. “Aquí es superfácil engordar. A la mínima que te descuidas, boom, ya pesas 20 kilos más”, bromea.

“En Guinea, una pizza o una hamburguesa es para quien tiene dinero, pero aquí es justo al revés. El que no puede hacerse un buen plato va al McDonald’s o tira de precocinados del Mercadona. Aquí, comer cinco veces al día puede ser normal. Hay que ir con mucho cuidado, porque engordar aquí es lo más fácil”.

Desde su canal de YouTube EYAMAA, Santi se dedica a contar la realidad de los migrantes africanos en España, el choque cultural o las trampas económicas. Su testimonio se suma al de otros jóvenes que ya han desmontado los tópicos del ‘sueño español’, como Egolissa, cuya experiencia puedes leer aquí.