Si aparece un Fiat Panda con 300 litros de gasolina ¿qué pensarías?, ¿raro verdad? Pues esto es lo que ocurrió en el corazón de Trentino, en Italia, donde una red criminal altamente organizada se les ocurrió transformar tarjetas de combustible de empresa en tarjetas de cajero automático. No es la primera vez que vemos una estafa donde utilizan cajeros automáticos, parece que están de moda.
A esta operación la llamaron irónicamente "Combustible Gratis" y consiguió descubrir un sistema que combinaba tecnología, astucia e individuos desprevenidos. La forma en la que lo hacían era verdaderamente eficaz: skimmers instalados en gasolineras clonaban datos de tarjetas, que luego se utilizaban para repostar furgonetas modificadas con capacidad para transportar hasta 1.000 litros a la vez. Después revendían la gasolina robada a un euro el litro, generando una facturación de medio millón de euros.
El objetivo de la estafa: conductores que quieren ahorrar
¿Cuál es el principal objetivo de esta estafa? Los conductores que quieren ahorrarse algo de dinero repostando son el blanco de estos estafadores, aunque las empresas del sector industrial que suelen cumplir con la normativa también son un buen cliente.
Tras destapar la estafa, identificaron al cabecilla y a otras 24 personas que estaban implicadas.
Los informes de Eni Life en 2023 fueron los que levantaron la liebre y provocaron empezar una investigación, ya que se detectó actividad sospechosa en sus tarjetas: retiros excesivos, demasiado frecuentes y, sobre todo, una cantidad de litros incompatible con los vehículos asociados a dichas tarjetas, como (precisamente) un Fiat Panda que había sido llenado con 300 litros de gasolina. Este incidente, obviamente, fue el detonante; después de todo, era realmente difícil ignorar un coche pequeño que consumía tanto combustible como un camión semirremolque.