Una trabajadora de supermercado intenta estafar a su propia cadena con pegatinas de descuento de otra tienda

La cajera descubrió que una clienta pegó etiquetas del 30% a bandejas de carne que no estaban en oferta.

Cajera
Usa pegatinas de descuento para comprar más barato en otra tienda de la cadena en la que trabaja Archivo
Fernando García Ferrer

Es una práctica habitual aprovechar las rebajas, los descuentos y las promociones para comprar más barato e intentar ahorrar. Cuando un producto está en oferta, las etiquetas suelen estar acompañadas de carteles o pegatinas que indican que ese producto tiene un precio reducido. Pero, ¿y si un cliente trae la pegatina de su casa?

Esto ha ocurrido en un supermercado Dia de España, donde la cajera descubrió que una de las clientas estaba utilizando pegatinas de descuento en productos que no estaban indicados para la rebaja. Así lo ha contado @mellvg98 en su cuenta de TikTok, con un vídeo que rápidamente se hizo viral.

“Ha llegado una señora a caja con un montón de carne al 30%”, comienza narrando Mell, quien notó algo sospechoso al ver que la carne que la clienta y su marido intentaban comprar con descuento, no cumplía con los criterios habituales para estar en oferta, como estar cerca de su fecha de vencimiento.

La sorpresa fue aún mayor cuando descubrió que se trataba de una empleada de la misma cadena, pero de una tienda Día diferente. Al trabajar en la misma empresa y tener acceso a las pegatinas de descuento, la señora intentó comprar productos a menor precio en otro establecimiento de la misma compañía: “ha venido con la etiqueta del 30% a quererse llevar un montón de carne”, comenta Mell.

“Tuvimos que reportarlo”

Tras recibir muchos comentarios en TikTok sobre qué ocurrió después, la cajera se ha visto obligada a grabar otro vídeo explicando lo ocurrido. Mell tuvo una conversación con la clienta, donde le confesó que era trabajadora de otra tienda Dia. Además, la tiktoker aclara que la habían visto pegando las etiquetas que traía de casa por las cámaras de seguridad.

“Al final tuvimos que reportarlo”, comenta la cajera, que explica que la clienta y, a la vez empleada, “se fue superpreocupada porque la encargada iba a llamar a la supervisora para reportar lo que había hecho”.

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