El Termalismo del Instituto de Mayores y Servicios Sociales es muy solicitado por jubilados y pensionistas que quieren relajarse. Sin embargo, no todos consiguen su plaza, y para estos hay alternativas como la piscina natural de Sierra de las Villas, en Jaén. Se conoce como Charco de Aceite o Charco de la Pringue y ofrece a las personas mayores la posibilidad de disfrutar de un día tranquilo sin pagar un euro, gratis, plantando cara a los programas de viajes del Imserso.
Dejando de lado los balnearios que tanto atraen a aquellos que han dejado la vida laboral para pasar a ser pensionistas, en esta poza natural hay agua procedente del Guadalquivir a buena temperatura, cristalinas y de un intenso color azul, rodeada de pinos. En el entorno natural en el que está ubicada, hay árboles, arbustos, plantas autóctonas y una enorme cantidad de pinos. No es el único espacio natural en Andalucía donde disfrutar de un rato de asueto, ya que en Granada está el pantano de Negratín, que además de poza natural, tiene aguas termales.
Enclavada en la Sierra de Segura, está muy bien comunicada con la localidad de Villanueva del Arzobispo, a solo 20 kilómetros. Tras un baño en las aguas azules y limpias de esta piscina natural, los pensionistas podrán comer tranquilos o merendar en las mesas de piedra o en el entorno del kiosco.
Qué hacer en el Charco de la Pringue
En la piscina natural Charco de Aceite, también llamada Charco de la Pringe, se puede tomar un baño que relajará a los jubilados. Un baño muy merecido tras años de trabajo. Los más tradicionales podrán desplegar el mantel a cuadros del picnic en las mesas con bancos de madera, lo que le da un aire rural lleno de encanto. Y es que por los laterales, bajan los arbustos y descienden los pinos, creando un camino verde y fresco por donde pasear.
Junto a la zona de baño hay piedras enormes en las que los visitantes ocasionales podrán subirse para ver las impresionantes vistas, el musgo verdoso, los árboles que forman camino… Nadie de los que visita el Charco de la Pringue se muestra indiferente ante la belleza de esta piscina natural de la Sierra de Las Villas, un sitio ideal para bañarse.
Las escaleras de piedra que suben hasta la zona de miradores es otro de los atractivos para los ratos de descanso entre baño y baño.
La leyenda del Charco de Aceite o de la Pringue
Cuentan los mayores del lugar que, cuando el transporte de mercancías se hacía con animales, un burro cargado con alforjas de aceite cayó a esta piscina natural. La noticia corrió por los vecinos de boca en boca, llegando a dar el nombre de Charco de Aceite a estas pozas naturales.
Muchos turistas o visitantes se preguntan por qué se llama Charco de Aceite imaginando, tal vez, que sus aguas no son cristalinas y transparentes sino pringosas. Y nada más lejos de la realidad. Lo que define a este enclave, sin duda, son unas aguas transparentes en las que se refleja la belleza natural de su entorno de pinares.
Qué animales puedo ver en la piscina natural Charco de Aceite
Fundamentalmente aves rapaces, con especies autóctonas como el buitre leonado. Con suerte y unos prismáticos, en el entorno de la piscina natural se puede contemplar el vuelo tranquilo de estos animales, sus acercamientos para cazar pequeñas alimañas o cómo se organizan en vuelo circular.
Así, también pueden encontrarse cabras montesas en lo alto de las paredes. Ya dentro del agua, aprovechando lo cristalino de la poza natural, pueden distinguirse peces como barbos, bogas, martín pescador y trucha. Estas especies autóctonas también son las reinas de esta área recreativa.
¿Dónde está la poza natural del Charco de Aceite?
Para llegar a la piscina natural del Charco de Aceite o de la Pringue hay que tomar la carretera que va hasta Villanueva del Arzobispo. Ya cerca de esta localidad, habrá que desviarse a la Sierra de las Villas. A unos 6 kilómetros aparecerá la señal que indica cómo llegar a la piscina natural del Charco de Aceite.
Ya solo queda disfrutar del Charco de Aceite, una piscina natural de referencia situada en la provincia de Jaén.
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