Vivir en una casa antigua cerca, en una zona de interés histórico y cultural, puede parecer idílico hasta que se necesitan hacer reformas. Entonces puede convertirse en una pesadilla, como en el caso de este hombre de casi 70 años francés, al que el Estado le ha negado la autorización para cambiar las ventanas y está condenado a pasar los inviernos en una casa helada sin aislamiento.
Según la información publicada por el medio francés ‘Figaro Inmobilier’ este hombre de 60 años lleva meses pelando con la administración por la situación de su vivienda. Una casa construida en los años 30, que se encuentra en una zona protegida, en la que para poder hacer cualquier tipo de reforma necesita la aprobación de los Bâtiments de France (ABF), el cuerpo de Arquitectos y Urbanistas del Estado.
Tras sufrir un derrame cerebral, intentó poner ventanas nuevas y mejores en su casa para poder pasar el invierno. Pero la ABF ha rechazado hasta tres veces su petición porque “degradaría la armonía del entorno del monumento histórico”. El resultado es que vive en una vivienda insalubre, sin aislamiento y a merced del frío.
Un invierno casi a la intemperie en su propia casa
El hombre explica que el querer reformar la vivienda no es una cuestión de estética, sino salud. Y es que ha tenido que pasar el último invierno prácticamente a la intemperie dentro de su propia casa. “He tenido que reforzar con pellets, pero no ha servido de mucho”, cuenta en el medio.
El caso se ha convertido en una situación extrema, hasta el punto que dos responsables municipales han denunciado públicamente la situación que resumen con una sola palabra “aberración”.
