Cada 10 de septiembre se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Una pandemia silenciosa que, solo durante el 2024, se cobró la vida de 3.846 personas. Y aunque suponga un leve descenso con respecto al año anterior, cada vez más personas deciden quitarse la vida.
Con el objetivo de concienciar y visibilizar, NoticiasTrabajo ha hablado con Merche Sánchez, una mujer trabajadora y entregada, que lideraba una inmobiliaria con hasta 15 empleados. Un día le cambió la vida y, por depresión, intentó quitarse la vida y tuvo que dejar su trabajo a un lado.
La cruda realidad detrás del intento de suicidio
Cada intento de suicidio es un reflejo de la desesperación que supone un tema que todavía sigue siendo tabú en la sociedad española. La mayoría de quienes lo intentan no lo cuentan, ni buscan ayuda profesional antes o después del acto; lo hacen en silencio, muchas veces convencidos de que nadie puede comprender el vacío o el dolor que sienten.
“Intenté suicidarme en 2018. Un día en mi vida ocurrió algo que lo cambió todo y enfermé. Cambió mi vida por completo”, comienza expresando Merche. Asegura que cayó en una profunda depresión que le obligó a dejar su trabajo. “Me tomé 30 pastillas en ayunas. Un domingo me levanté y estaba triste y sola”, añade.
Merche recuerda que llegó a tocar fondo y reconoce que “a veces, no tomas las decisiones acertadamente, te equivocas o no tienes suerte”, como fue en su caso. Pero asegura que, como ella, “casi todas las personas que se suicidan se sienten solas, porque date cuenta qué decisión tan grande, todo lo que dejas aquí… es un vacío existencial el que sientes”, justifica.
Se agarró a la familia
Cuando la tristeza arrasa, nada parece suficiente. “Cuando tenemos alegría, la disfrutamos a tope. Cuando tenemos tristeza es más difícil porque bajamos y bajamos y bajamos y parece que el fondo no tiene fin”, lamenta, reconociendo la importancia de “emerger y subir para arriba y volver a intentarlo de nuevo”.
Sin embargo, la única cuerda a la que pudo agarrarse en los momentos más duros de su vida, fue la familia, en este caso, a sus dos hijas. “Ellas son las que me agarran aquí”, cuenta Merche haciendo referencia a que son su razón de vivir. “Aquí me agarra mi hija Mercedes, se lo prometí”, confiesa.
Contactó con el ‘Teléfono de la Esperanza’
Pero en los peores momentos, el último hilo es el ‘Teléfono de la Esperanza’, una asociación que ofrece escucha y orientación a personas en crisis emocional o que atraviesan momentos difíciles. “Cuando tú llamas a ese teléfono es porque ya no tienes otro teléfono al que llamar. Llamas al ‘Teléfono de la Esperanza’ y ellos te dan esperanza”, asegura.
Así, Merche lanza un mensaje a todo aquel que esté pasando por un momento parecido al que ella sufrió. “Quiero decirle a todas las personas que se quieran suicidar que no lo hagan, que piensen en sus hijos, en sus nietos, que es lo que pienso yo. Si estamos aquí es por algún motivo”, apunta haciendo hincapié en que “si lo hiciste y no te salió bien, déjalo estar. Es mejor enfrentarse a la vida, todo tiene arreglo y si no lo tiene, hay que dárselo”, concluye.
