Los científicos hacen saltar las alamas por el "reverdecimiento" del Sahara que podría alterar el clima a nivel mundial

El desierto del Sahara, aunque es una región árida y extrema, ha experimentado periodos cíclicos de crecimiento vegetal a lo largo de milenios, conocidos como "reverdecimiento".

Imágenes de satélite capturan la vegetación (verde) sobre África a 14 de septiembre de 2024
Imágenes de satélite capturan la vegetación (verde) sobre África a 14 de septiembre de 2024 CIRA/RAMMB
Francisco Miralles

Científicos han descubierto que la expansión de la vegetación en el Sahara, un fenómeno conocido como el “reverdecimiento”, podría alterar los patrones climáticos del hemisferio norte. Este fenómeno, que ocurrió hace entre 5.000 y 11.000 años durante el Holoceno medio, se debe al fortalecimiento de los monzones en el norte de África, propiciando un aumento de la humedad y condiciones idóneas para la vegetación en el desierto. Un estudio publicado en Climate of the Past ha utilizado modelos climáticos para simular cómo este reverdecimiento influye en la circulación atmosférica y provoca cambios en el clima de regiones como Europa, América del Norte y Asia central.

Según detalla este estudio y la investigación liderada por el Doctor Marco Gaetani, de la Escuela de Estudios Avanzados de la IUSS en Pavía, revela que el reverdecimiento del Sahara afecta la circulación atmosférica en el hemisferio norte, especialmente durante el verano, cuando se intensifica el monzón africano. sistema climático estacional que afecta principalmente a la región del Sahel y África occidental. Según Meted, el monzón africano es un sistema climático estacional que afecta principalmente a la región del Sahel y África occidental. Este se caracteriza por un cambio en la dirección de los vientos y un aumento significativo de las precipitaciones durante los meses de verano boreal (junio a septiembre), cuando la región recibe una mayor humedad del océano Atlántico.

Comparación de las reconstrucciones de modelos y proxy ambientales para la temperatura invernal
Comparación de las reconstrucciones de modelos y proxy ambientales para la temperatura invernal | Foto: DOI: 10.5194/cp-20-1735-2024

Este fenómeno provocó un desplazamiento hacia el oeste de la circulación de Walker, lo cual generó alteraciones en la trayectoria de las corrientes en chorro del Atlántico Norte y el Pacífico Norte. Estos cambios en la circulación se tradujeron en climas más cálidos y secos en áreas de Escandinavia y América del Norte, mientras que en Europa occidental se registraron inviernos más fríos y veranos más cálidos, y en Asia central aumentaron las precipitaciones anuales.

Los investigadores detectaron un desplazamiento hacia el oeste de la Circulación de Walker durante el Holoceno medio, lo que ha intensificado las corrientes en chorro en el Atlántico Norte y modificado su trayectoria durante el verano. Esta alteración también afecta la Oscilación del Atlántico Norte (OAN), un fenómeno climático que influye en las temperaturas y precipitaciones en continentes cercanos al Atlántico.

Según el estudio, el reverdecimiento cambia la fase de la OAN, volviéndola negativa en invierno y verano, lo que a su vez intensifica veranos cálidos y secos en el Mediterráneo oriental y el norte de África, mientras que en el norte de Europa y el este de América del Norte se registran veranos más frescos y húmedos.

Además de estos efectos, el reverdecimiento del Sahara conlleva una reducción del 80% en la emisión de polvo y una disminución del albedo en la región (mide la cantidad de radiación solar reflejada por la superficie). La vegetación reduce el albedo del desierto de 0,30 a 0,15, aumentando así la absorción de radiación solar y provocando un calentamiento en las zonas tropicales. Este proceso también promueve un mayor reciclaje del agua, lo que limita la sequía y prolonga los efectos climáticos durante miles de años.

Cómo podría afectar en un futuro

La relación entre la ecologización del Sahara y los cambios en los patrones atmosféricos refleja la interacción compleja entre sistemas terrestres y oceánicos. Con el cambio climático actual, los sistemas de lluvias en África se están desplazando hacia el norte, lo cual podría dar lugar a corredores de vegetación en zonas que previamente eran áridas en el Sahara. Estos cambios no solo afectarían la biodiversidad local, al crear nuevos hábitats para diversas especies, sino que también podrían tener un impacto más a largo plazo en el clima de otras regiones.

La expansión de la vegetación en el Sahara disminuiría el albedo de la superficie, permitiendo que la región absorba más radiación solar, lo que provocaría un aumento en la temperatura superficial. Este calentamiento puede influir en los patrones de viento y en la circulación atmosférica, con potenciales efectos en el clima del hemisferio norte. Al modificar las corrientes en chorro y los sistemas de presión, el cambio en el Sahara podría alterar los patrones de temperatura y precipitación en regiones distantes, como Europa, Asia y América del Norte.

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