Superar una adicción nunca es fácil. Requiere reconocer el problema, buscar ayuda y afrontar las consecuencias personales, familiares y económicas que conlleva. En el caso de la ludopatía, la disponibilidad del juego online y la facilidad para apostar a cualquier hora multiplican las dificultades para dejarlo. Juan Miguel Murcia, abogado y exjugador compulsivo, conoce bien este camino, su adicción le llevó a perder 100.000 euros y a vivir una doble vida durante años.
Según él mismo ha explicado en entrevistas concedidas a Comarcal TV y al programa Y ahora Sonsoles, comenzó a jugar muy joven, primero con tragaperras y partidas de póker, pero su adicción se intensificó a partir de 2011, con la liberalización del juego online. “Aparecen los operadores de juego online y empecé a jugar a póker y apuestas deportivas. Al principio lo veía como diversión, pero el uso continuado y el fácil acceso hacen que muchos terminemos desarrollando un comportamiento patológico”, explica.
Recuerda que, en plena adicción, aprovechaba cualquier momento de soledad para jugar: “Estaba deseando que mi familia se acostase para poder jugar”. Mentía a socios, padres y a su mujer, Vanessa, que solo notaba que él “estaba nervioso e irritable” sin conocer la causa.
Llegó la noche en que perdió todo el dinero que tenía en la cuenta
El momento más crítico llegó tras una noche entera apostando. “Perdí 15.500 euros de madrugada, pero previamente había recuperado lo que supuestamente había perdido. Pensé: sigo jugando un poquito más. A las 7 de la mañana no me quedaba nada en la cuenta. Madre mía”, recuerda. A lo largo de los años, calcula que llegó a perder 100.000 euros.
Vanessa dormía en la habitación de al lado aquella noche, y confiesa en la entrevista en el programa de Antena 3, “no se enteraba de nada, absolutamente de nada. No sospechaba nada”, confiesa.
El punto de inflexión llegó cuando reconoció que su vida se había descontrolado, “descubres que todo lo que haces te genera culpabilidad y tristeza, y que económicamente te desangras. Entonces tomé la decisión de hablar con mi familia y decir: ‘Tengo este problema, necesito ayuda’”.
A partir de ahí, comenzó un tratamiento y se apoyó en asociaciones, terapeutas y psicólogos. Además, utilizó la escritura como terapia, dando origen a su libro Redención.
La adicción estuvo a punto de romper su relación, pero Vanessa decidió apoyarle en su proceso de recuperación. “Fue una apuesta por el amor”, reconoce él.
