La inteligencia artificial y más concretamente ChatGPT se ha integrado en el día a día con tal naturalidad que muchas voces críticas, preocupadas por la interacción de los humanos con esta herramienta, vaticinan el cambio de paradigma en el que numerosos empleos se verán afectados, pero más, los trabajadores que los ocupan. Uno de esos divulgadores, experto en este ámbito, es Jon Hernández, que en una entrevista reciente en el canal de YouTube, Roca Project, afirma que “la IA va a llegar a hacer todo lo que hacemos los humanos en 2030. En el mundo se van a perder 800 millones de empleos”.
Ahora bien, explica aclarando que su intención, es advertir. “Llámame alarmista si tú quieres y hablamos dentro de cinco años. No estamos mentalmente preparados para asumir la cantidad de cambios que vamos a vivir en los próximos 10, 20 o 30 años”.
Durante más de una hora y media de entrevista, Hernández aborda, por así decirlo, los problemas más inmediatos que plantea la inteligencia artificial. Algunos de estos son el impacto en el empleo, el auge de los deepfakes, el debate ético sobre la conciencia de las máquinas y la necesidad de los profesionales de adaptarse al nuevo paradigma. “La IA ya no es una herramienta, es infraestructura”, afirma.
La inteligencia supone un nuevo factor de desigualdad
El especialista recuerda que el intelecto, tanto humano como tecnológico, siempre ha sido un valor competitivo. Explica que “los humanos hemos dominado el mundo porque somos un poquito más listos que el resto de animales. Ahora estamos en un nuevo mundo en el que abres el grifo y sale inteligencia, con lo cual esa ventaja competitiva se elimina. Toda aquella ventaja que podían tener las empresas, es como que se normaliza, desaparece”.
La IA está homogeneizando la excelencia, según Hernández, que afirma que “la nueva mediocridad” se convierta en esa excelencia. En su opinión, esto puede derivar en una sociedad más productiva pero también más desigual, donde “los pobres serán menos pobres, pero los ricos serán mucho más ricos”.
Durante la conversación y respecto a esa productividad a la que se refiere el divulgador, referencia un experimento realizado por BBVA, a través del que se proporcionaron licencias de ChatGPT a un grupo de empleados durante cinco meses. El resultado fue que “ahorraron 2,8 horas semanales de trabajo”. Tras ver los resultados, la entidad decidió ampliar el programa a más de 11.000 licencias. “Si eso no es útil, que venga Dios y me lo diga”, añade.
También advierte que las profesiones que no integren la IA corren el riesgo de quedar obsoletas, y afirma que “hoy, quien trabaja igual que en 2024, está trabajando mal”.
Empleos en riesgo y una transición inevitable
El divulgador compara la situación actual con el período de la Revolución Industrial. En ese momento histórico los salarios se desplomaron antes de estabilizarse décadas después. “El problema no será el futuro, sino la transición. Todas y cada una de las revoluciones tecnológicas que hemos vivido han tenido un período en que la gente se aclimataba y luego un período de bonanza”, detalla.
Entre los sectores que podrían verse más afectados por esta crisis, señala el diseño gráfico, la fotografía de stock, la traducción y el doblaje, entre otras. Estas áreas están sufriendo más que cualquier otra debido a la automatización, que ya está sustituyendo a miles de trabajadores. “Hay un informe de McKinsey que dice que en 2030 se van a perder entre 400 y 800 millones de empleos en el mundo. Es uno de cada tres. Y si no aprendemos a usar la IA, el golpe será mucho peor”, avisa.
A su juicio, el futuro laboral inmediato no pasará por el reemplazo de personas por máquinas, sino por la fusión del trabajo humano con la inteligencia artificial. Relata que “no se trata de delegar tareas, sino de crear flujos de trabajo con la IA. Cuatro ojos ven más que dos. El mayor error es usarla como si fuera Google”.
No quedarse atrás
Uno de los mensajes en los que más insiste Hernández es en la necesidad de formarse en el uso práctico de la IA. Afirma que “saber utilizarla te hace más resiliente a que la IA pueda aportar el mismo valor que tú”, y además subraya que los trabajadores deben aprender a integrarla en su día a día.
“En Singapur, el gobierno ha hecho obligatorio que toda la ciudadanía reciba formación. En España ni hemos empezado”, explica. A su juicio, la clave no está en aprender a usar una herramienta concreta, sino en cambiar la mentalidad. Asegura que “no se trata de aprender a usar ChatGPT, se trata de entender cómo integrarlo en tu vida”.
El experto insiste, además, en que los modelos de IA generativa como ChatGPT han dejado de ser simples asistentes para convertirse en auténticos compañeros de trabajo. “Estamos en una fase aumentativa. El humano más la inteligencia artificial es mejor que cualquiera de los dos por separado. Pero llegará un momento en que habrá cosas que haga mejor que nosotros”, concluye.

