Hallazgo sorprendente: gusanos de medio metro bajo la corteza terrestre

Un equipo de biólogos ha descubierto un nuevo y raro ecosistema en un hallazgo sin precedentes en el Pacífico Oriental. La zona volcánica, en la que hay dos enormes placas tectónicas, tiene fumarolas hidrotermales (grietas de las que fluye agua caliente). Allí se juntan la lava de los volcanes submarinos y el agua, y de ese choque de materias nace un ecosistema que había permanecido escondido para el ojo humano. Una nueva sorpresa natural que sumar a aquellas que eran sólo una fantasía pero se están haciendo realidad, como el sitio donde se concentra más oro en España.

El hallazgo sin precedentes lo ha dado a conocer la prestigiosa revista Nature Communications que ha publicado el texto íntegro del estudio firmado por las biólogas Monika Bright y Sabine Gollner. En este nuevo espacio bajo la corteza marítima hay gusanos gigantes, de más de medio metro. Es su hábitat y habían estado ahí durante siglos. No hay que trasladarse hasta el espacio, uno de los grandes desconocidos, para dar con auténticas maravillas de la naturaleza.

Antes de conocer esta nueva especie, se sabía que en estas fumarolas habitaban mejillones o caracoles (no todos, sino los que estaban adaptados). A estos ahora les acompañan los gusanos tubulares gigantes (riftia pachyptila de nombre científico).

Así fue la expedición submarina que reveló el tesoro

Las dos científicas navegaron a bordo del barco Falkor, del Instituto Oceánico Schmidt. En esta travesía las acompañaba un robot que se podía controlar usando un mando a distancia. Esta máquina, bautizada como SuBastian bajó hasta una profundidad de 2.500 metros. 

Pero además, demostró una enorme resistencia ya que el agua estaba a 400 grados de temperatura. Estaba acercándose a estas grietas hidrotermales, donde sale el magma de los volcanes. Esta se encontraba con las corrientes submarinas que son frías. Heladas, más bien a estas profundidades. 

El robot tuvo fuerza suficiente para levantar una enorme piedra y fue ahí donde se sorprendieron con lo que encontraron.

Gusanos con forma de tubo que medían medio metro

Los gusanos tubulares de medio metro de largo, enganchados a estas salidas termales pero en movimiento, sorprendieron a todo el equipo. Era casi imposible que hubiera vida, más aún de este tipo,a  tanta profundidad y a esas temperaturas. 

Las larvas demostraron ser resistentes a un hábitat en el que no existe apenas luz (a esa distancia ya se trata del fondo abisal) y hay una presión muy alta. Ahora queda comprobar si, con esta evidencia, se puede encontrar vida similar pero en la superficie de la tierra.

Las dos exploradoras sabían de la existencia de estas larvas pero no cómo evolucionaban. En un vídeo, explica que “el descubrimiento de un nuevo ecosistema, oculto bajo otro, da nuevas prueba de que la vida existe en lugares increíbles”. “En las cavidades había fluidos cálidos y todo tipo de animales, incluidos gusanos de medio metro de largo”, ha explicado Gollner.

Proteger el ecosistema de la minería marina

Una vez que conocieron este hallazgo, la cofundadora del Instituto Oceánico Schmidt, Wendy Schmidt ha destacado la importancia de continuar realizando estos trabajos. Así, habrá que tener en cuenta la urgencia de proteger este ecosistema de la minería submarina. 

Todo el trabajo de investigación está publicado en la revista digital Nature, con el nombre ‘Animal life in the shallow subseafloor crust at deep sea hydrothermal vents’.