Todo el mundo sabe lo mucho que cuesta comprarse una casa. Los altos precios de la vivienda hacen que sea realmente difícil ahorrar para pagar una entrada, requisito indispensable para que los bancos nos puedan dar una hipoteca. Por eso, cuando por fin se tiene el dinero y se puede dar ese paso, suele ser toda una alegría. Menos para una joven que, como ella misma ha explicado, le comunicaron que le habían despedido 15 minutos después de firmar la compra de su primera casa.
La historia, contada por ella misma, ha sido publicada en ‘Fail blog’, una sección de ‘Cheezburger’ donde distintos usuarios envían sus propias experiencias personales, normalmente en tono humorístico (algo parecido a Reddit). La joven, que ha preferido no dar su nombre, esperó años para independizarse, tomando la decisión una vez había ganado antigüedad en su empresa y, por ende, percibía un “salario sólido”.
Cuando por fin ahorró lo suficiente para dar la entrada, se pidió el día libre para firmar el contrato y terminar con todo el papeleo. Y todo iba bien hasta que recibió la llamada de su jefe, en la que le convocaba para una “breve” reunión por videollamada. Nada más conectarse, supo que iban a darle una mala noticia, y es que su jefe no era el único que estaba presente: los de Recursos Humanos también se habían conectado.
“El mejor momento de mi vida se convirtió en uno de los peores”
“Ayer cerré la compra de mi primera casa. Estaba fuera de la oficina, pero mi jefe me preguntó si podíamos hablar un momento. Literalmente 15 minutos antes de la llamada de trabajo, recibí la notificación oficial de que el préstamo estaba financiado y la escritura registrada. Estaba tan feliz, sentada allí, sonriendo como en una nube”, comienza explicando la joven en el citado portal.
En esa llamada, además de a su supervisora, vio a su jefe y al de Recursos Humanos, todos apareciendo “al mismo tiempo”. “Fue entonces cuando me enteré de que mi puesto iba a ser eliminado y que todo el departamento se trasladaría a México. Así, el mejor momento de mi vida se convirtió en uno de los peores”, cuenta frustrada.
Especialmente, porque ese despido no tenía nada que ver con su desempeño en la empresa: “Insistieron en que no era por mi rendimiento, me explicaron la gravedad y las posibles oportunidades internas, pero apenas pude procesarlo. Apagué la cámara para que no me vieran llorar”.
Por esta razón, cuenta que ahora tiene que “conciliar la celebración” de haber conseguido ser propietaria “con la realidad de que necesito buscar trabajo de inmediato”. “Estoy orgullosa de mí misma, pero también asustada y agotada”, concluye, intentando llevar de la mejor manera posible la situación tan inesperada que le ha tocado enfrentar.

