Hasta ahora ha existido una invisibilización absoluta de las tareas domésticas. Como si no implicaran dedicación ni desgaste. Durante años se han asumido como una responsabilidad “natural” que aún hoy recae mayoritariamente sobre las mujeres. Y es por ello que cada vez hay más voces en redes sociales que están cuestionando esta realidad y visibilizando el trabajo que hay detrás. Erica Avellaneda Ruiz, ama de casa e influencer, es una de ellas.
En uno de sus últimos vídeos ha querido exponer, como otras mujeres, que si una persona asume el peso de los cuidados, y el mantenimiento del hogar, le corresponde un parte del salario que percibe el miembro de la pareja que sí está trabajando de forma remunerada. “Si tú eres ama de casa y tu pareja trabaja de forma remunerada, te debe una parte de su dinero. Y no como un favor ni una ayuda puntual, sino como el reconocimiento a un trabajo que sostiene la vida diaria”, expone rotunda.
Para Avellaneda, esa repartición se trata de lo más justo, teniendo en cuenta que la persona que se ha quedado en casa ha sacrificado su trayectoria profesional para poder realizar ese trabajo que supone el mantenimiento del hogar y, cuando los hay, la mayor parte del cuidado de los hijos. “Que menos que tu pareja prepare para ti un fondo de ahorros, algo que te pertenezca, que te respalde y que te dé seguridad”, añade.
El objetivo de esta ama de casa es hacer entender que el salario no es fruto exclusivo del esfuerzo individual, sino del reparto de roles dentro de la pareja. Mientras una persona permanece activa en el mercado laboral, percibiendo un salario, la otra asume un coste enorme en tiempo, oportunidades y derechos futuros (años cotizados, la futura pensión, independencia económica…) que rara vez se compensa. De ahí la necesidad de que el otro le proporcione esa red de seguridad.
“No me preocupa en absoluto que una mujer decida quedarse en casa. Me preocupa que lo haga sin independencia económica”
Al hilo de lo anterior, Erica Avellaneda afirma que “no me preocupa en absoluto que una mujer decida quedarse en casa. Me preocupa que lo haga sin independencia económica y sin que se valore el trabajo enorme que realiza”. En referencia a esto, agrega que “la independencia económica no es desconfianza, es responsabilidad”.
Asimismo, señala que tener ese plan B “no significa pensar solo en que el amor se termine”, sino que “la vida cambia, pueden aparecer enfermedades, pérdidas de empleo, mudanzas forzadas y en todos esos escenarios contar con recursos propios puede marcar la diferencia entre elegir y verse obligada”.
En último lugar, quiere lanzar una advertencia sobre el movimiento ‘Stay At Home’ que está ganando cada vez más fuerza en redes sociales, especialmente entre las mujeres más jóvenes: “vemos en redes una tendencia de mujeres ‘stay at home’ que promueven quedarse en casa porque sus parejas las proveen económicamente. Y aquí hay algo importante que no siempre se dice: muchas de esas mujeres sí tienen ingresos propios creando contenido”.
Por ello, Avellaneda quiere destacar que “hay muchas formas de seguir creciendo desde casa: estudiando online, emprendiendo un negocio, aprendiendo un nuevo oficio…”, concluyendo que “es mejor tener formación y no necesitarla, que necesitarla algún día y no tenerla”.

