Cómo saber si tu hijo tiene Aritmofobia

La aritmofobia o miedo irracional hacia los números, aritmética o matemáticas causa un gran malestar en la persona que lo sufre y que tiende a evitar dicho estímulo a toda costa. Una fobia se puede experimentar a cualquier edad, incluso en niños a edades tempranas. 

Los principales síntomas que ocasiona la aritmofobia son el sudor, la angustia, ansiedad e incluso dolores estomacales. Tal y como indican muchos expertos, es importante tratar dicho problema, ya que con el paso del tiempo este puede hacerse mayor, llegando a ser en los casos más graves, incapacitante para tener una vida plena como adultos competentes.

Acaba de comenzar el curso escolar, y las matemáticas tienen una utilidad diaria en la sociedad actual, tanto en la vida escolar, como en la personal o profesional. Actualmente el 24% de los alumnos de Primaria tiene clases particulares para reforzar esta asignatura.

Por otra parte, como dato a tener en cuenta, según el último estudio realizado al respecto, el conocimiento de matemáticas del alumnado español, es muy inferior al del resto de países europeos, ya que España tiene 502 de puntuación, lejos de los 513 europeos y d los 527 de los países miembros de la OCDE.

Trabajar con nuestro hijo a partir de los 4 años, unos 15 minutos de tiempo máximo diario, puede ayudarle a mantener la concentración y obtener un gran rendimiento, así como realizar actividades que fomenten su ritmo de aprendizaje y autonomía. De esta forma podremos ayudarlo a superar dicha dificultad y evitar un problema mayor.

Smartick es un método online de matemáticas y lectura para niños de 4 a 14 años que ayuda a los niños a maximizar el rendimiento de los niños en edad escolar y que actualmente cuenta con un equipo multidisciplinar formado por 100 profesionales tales como : maestros, pedagogos, psicólogos, matemáticos, filólogos o filósofos.

Cómo detectar la aritmofobia en un niño 

Esta fobia puede aparecer por diversas causas, tanto genéticas como ambientales. En primer lugar, esta puede surgir como fobia hereditaria de los padres o los hijos o como una alteración genética, es decir, que el mismo niño asocie unas reacciones emocionales a un tipo de conexiones emocionales concretas. 

En segundo lugar, es posible que se presente a través de un motivo externo como puede ser por ejemplo, una situación puntual relacionada con los números en la que el niño sufrió un estrés excesivo o a inseguridades generadas por haber hecho mal unos cálculos.

Al igual que otros trastornos psicológicos, es muy probable que el origen se encuentre en la etapa escolar tras haber tenido una mala experiencia en la asignatura de matemáticas.

Como bien señalan, en muchos casos se habla de la “profecía autocumplida” que no es más que la ansiedad dificulta el aprendizaje por lo cual disminuye la confianza en la capacidad.

Síntomas a observar en el niño 

Si atendemos a los síntomas que podemos observar a nivel físico en nuestro hijo, éstos suelen asociarse por lo general a los siguientes: 

• Malestar físico
• Náuseas
• Dolor estomacal
• Sudores excesivos
• Angustia
• Bloqueo
• Miedo al fracaso 
• Las pesadillas nocturnas
• Los dolores de cabeza 
• Aumento de la presión cardiaca. 

El conocer el origen nos va a permitir el tratarlo con conocimiento de causa. Cuanto antes se detecte y se empiece a tratar, la probabilidad de éxito de superarlo será mayor, ya que el paso del tiempo puede hacer que nuestro hijo fracase escolar, personal y profesionalmente.