El retrato de la juventud mediterránea se pinta con colores desafiantes: sin reservas económicas, sin un techo propio y con dificultades para afrontar los gastos esenciales. Un cuadro donde los ahorros son un tesoro inalcanzable, la vivienda es un horizonte esquivo y la capacidad de hacer frente a los costos básicos se convierte en una acrobacia financiera. Algo que ha derivado en que casi un tercio de los españoles mayores de 35 años aún vive con sus padres.
Es el sentir de la juventud mediterránea respecto a su presente, que se manifiesta en un estudio llevado a cabo por Esade y la Fundación Friedrich Neumann, titulado ‘La juventud mediterránea frente a los desafíos de la crisis permanente’, y que abarca a jóvenes de España, Italia, Portugal, Líbano, Marruecos, Túnez y Jordania, ofreciendo una visión detallada de las preocupaciones y esperanzas de esta generación.
El 30% no puede satisfacer sus gastos básicos
El análisis destaca diversos desafíos que enfrentan las generaciones emergentes en la región mediterránea desde el inicio del siglo XXI. Entre ellos se encuentran la escasez de oportunidades, la segmentación en los mercados laborales, el declive demográfico en Europa y el aumento de cohortes juveniles en el norte de África, la brecha de género y la solidez de las instituciones de apoyo.
El diagnóstico revela una percepción negativa de la situación actual por parte de los jóvenes. En todos los países examinados, menos de la mitad de los jóvenes siente que puede cubrir adecuadamente sus gastos básicos. En España, solo el 42% declara poder hacerlo. Además, muchos experimentan una situación financiera comprometida, afectando sus oportunidades de ocio, con más del 30% enfrentando dificultades para costear estas actividades.
La evaluación desfavorable se extiende a la capacidad de ahorro, calificada como deficiente. Apenas el 30% de los jóvenes españoles se considera capaz de enfrentar emergencias económicas, mientras que el 40% encuentra dificultades para ahorrar a corto plazo. La situación es aún más complicada en el ahorro a largo plazo, con casi la mitad de los jóvenes españoles admitiendo la falta de capacidad de ahorro en esta dimensión.
Ralentización de la emancipación
El acceso a la vivienda presenta desafíos notables debido a limitaciones familiares y económicas. En España, el 20% de los jóvenes de 18 años ya vive de manera independiente, pero esta cifra crece a más del 50% a los 27 años. Sin embargo, preocupa la ralentización de la emancipación en edades mayores, con más del 30% aún no independizado a los 30 años y un 20% viviendo con sus padres a los 35 años.
En cuanto a las expectativas de progreso para el país a veinte años, son relativamente bajas en el sur de Europa, con un 25,2% en España, un 21,8% en Portugal y un 20,8% en Italia. No obstante, las perspectivas personales son más optimistas, con al menos el 50% de los jóvenes en todos los países esperando progresar en su vida personal.
Las visiones positivas también se reflejan en la percepción de desafíos clave como la digitalización, la descarbonización y el envejecimiento de la población, percibidos mayormente como oportunidades en lugar de amenazas por los jóvenes de estos países mediterráneos.
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