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Un arquitecto lanza una advertencia: “Nunca te compres un piso de segunda mano en el que tengas que entrar por una esquina”

Mientras las agencias venden cualquier vivienda como una oportunidad, este experto alerta de tres diseños que, según él, deberían estar vetados por ley.

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“Nunca te compres un piso de segunda mano en el que tengas que entrar por una esquina” |Canva
Fernando García Ferrer
Fecha de actualización:
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En el mercado de la vivienda de segunda mano, donde la mayoría de compradores acude por necesidad más que por elección, predomina la creencia de que todo piso es reformable. Las promotoras y plataformas inmobiliarias, suelen repetir que con una buena reforma, cualquier espacio puede transformarse en un hogar ideal.

Pero no todos están de acuerdo. El arquitecto Edu Saz ha decidido rebatir ese discurso con una advertencia: hay 3 errores estructurales que no se arreglan ni con el mejor proyecto técnico.

La entrada por la esquina

“Acceder a una casa por una esquina siempre va a significar tener un gran pasillo para llegar a otro punto de la vivienda”, afirma el arquitecto en unas declaraciones recogidas por el medio Arquitectura y Diseño. Según Saz, este tipo de acceso implica automáticamente pasillos largos, estancias encajadas y una distribución forzada que condena al inmueble a la oscuridad y al mal aprovechamiento del espacio.

Este diseño, habitual en viviendas levantadas entre los años 60 y 80, impide redistribuir con lógica las zonas de día y noche, y obliga a encadenar habitaciones sin jerarquía, sin ventilación cruzada y con espacios inútiles. A menudo, las ventanas solo están en un extremo, lo que provoca que cocinas, baños o incluso salones queden relegados a zonas oscuras o mal ventiladas.

Según Saz, la entrada debería estar en un punto intermedio del plano. Solo así es posible habilitar un recibidor que permita repartir con lógica las alas de la casa: “De este modo, se podrá habilitar un recibidor que reparta bien las estancias, sin caer en una división excesiva”, explica. De lo contrario, muchos compradores se dan cuenta demasiado tarde de que la reforma solo sirve para tapar problemas y los salones o comedores quedan al final de la casa o junto a pasillos sin luz.

Los muros de carga en el centro

El segundo error estructural que Saz señala es la presencia de muros de carga en el centro de la vivienda. “Estos hacen que nunca puedas compartir el espacio de las habitaciones que están una al lado de la otra. Además, si la vivienda es pequeña, se verá con dimensiones más reducidas”, sostiene.

Aquí el arquitecto desmonta otro de los grandes argumentos del sector inmobiliario, que suele vender la “posibilidad de tirar tabiques” como solución universal. Los muros de carga no se pueden demoler ni modificar sin riesgos graves y obras caras e invasivas. Como consecuencia, la casa parecerá aún más pequeña y fragmentada, y cualquier intento de abrir espacios chocará con el límite inamovible de la estructura.

Los pisos “tipo tubo”

El tercer tipo de vivienda que Saz desaconseja con contundencia es la que él mismo llama ‘tipo tubo’: “Son aquellas que al acceder, nos encontramos con dos medianeras, que son unas subdivisiones que separan la casa de otro edificio o de los pisos del mismo”, es decir, se trata de una vivienda muy alargada y estrecha, con paredes a ambos lados (medianeras), que la separan de otros pisos o de otros edificios.

La configuración alargada y cerrada deja la mayor parte de la vivienda sin luz natural ni ventilación cruzada, algo que afecta directamente a la salubridad, el confort y el consumo energético.

El comprador puede enfrentarse a zonas de día completamente interiores, baños sin ventanas, cocinas de interior sin ventilación natural o salas de estar situadas al fondo, sin margen real de mejora con la reforma.

Una lista que comprobar antes de firmar

Mientras el sector insiste en que todo es reformable con suficiente presupuesto, las advertencias de este arquitecto ponen el foco en lo que no se puede cambiar: la estructura, la orientación y la lógica espacial.

Saz recomienda no quedarse solo en los acabados. Antes de enamorarse de una terraza, un suelo hidráulico o un precio atractivo, hay que hacerse tres preguntas clave: ¿Por dónde se entra?, ¿dónde están los muros de carga?, y ¿cómo entra la luz?

Además, el arquitecto recuerda la importancia de revisar las actas de la comunidad y la Inspección Técnica del Edificio (ITE), sobre todo en pisos con más de 50 años, para no encontrarse con derramas o problemas estructurales ocultos.