Mucho se habla de este tipo de vitaminas liposolubles, pero poco se conoce realmente qué son y dónde las podemos encontrar realmente.
Entre las vitaminas liposolubles, las más importantes que se encuentran son la A, D, E y K.
Este tipo de vitaminas se localizan, principalmente, en alimentos grasos o aceitosos como son el aceite de hígado de bacalao, aceite de almendras, entre otros, y se encuentran de manera comercial en algunos preparados como aceites, emulsiones o cápsulas blandas.
Pero para no tener que recurrir a un producto artificial o a la compra de ningún artículo conviene saber cuáles son los alimentos que las contienen en mayor cantidad,y cuáles son las funciones de cada una.
¿Cuáles son las vitaminas liposolubles?
Este tipo de vitaminas son absorbidas por las lipoproteínas, conocidas como quilomicrones, y están en el intestino delgado y la circulación sanguínea. Pero destacan la vitamina A y E, que se almacenan en los tejidos del organismo.
Principalmente, como ya se ha mencionado anteriormente, las vitaminas liposolubles son las siguientes:
Vitamina A
Entre sus funciones destaca que su carencia en el organismo puede generar ceguera nocturna y sequedad ocular severa. Esta contiene grandes beneficios antioxidantes para el organismo, protege las células de los radicales libres, los cuales son los principales causantes del envejecimiento.
Por otro lado, la vitamina A participa en muchos procesos de formación y reparación de tejidos blandos con tendones y mucosas, y también en los tejidos óseos.
Está presente en verduras como la zanahoria, lechuga, espinacas, coles, también se encuentra en frutas como el melón o mango.
Vitamina D
Es la única vitamina que se genera de forma externa, gracias a la exposición solar y se sintetiza a través de la piel. Su déficit en el cuerpo es perjudicial para el sistema óseo, y puede provocar raquitismo u osteomalacia, que es el reblandecimiento de los huesos.
Además, de contribuir a la absorción de fósforo en el organismo, ayuda a mantener la concentración de calcio en condiciones óptimas, asegura la mineralización de los huesos, los cartílagos y los dientes durante el desarrollo de crecimiento del cuerpo.
Aunque el 85% de los niveles necesarios de vitamina D provienen de los rayos solares, por eso cuando no se toma el sol, se necesita consumir alimentos ricos en este compuesto.
A pesar de que son pocos, los alimentos que más porcentaje presentan vitamina D, son los pescados grasos y en conserva, huevos, crustáceos y moluscos, los que mayor aporte nos proporcionan.
Vitamina E
Esta vitamina tiene un gran poder antioxidante, y si no se consumen alimentos que la contengan se puede sufrir de degeneración muscular y nerviosa. Previene la arteriosclerosis, el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, o incluso cáncer.
Por otro lado, previene el daño celular ocasionado por los radicales libres, sirve para mantener la estructura celular y la conservación de la piel, los nervios, los músculos y las células sanguíneas. Además, se relaciona con la vitamina A porque potencia su acción.
Los minerales como el hierro, cobre, magnesio inhiben la absorción de la vitamina E, y los alimentos donde predomina este micronutriente son:
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Aceite de oliva o de girasol.
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Yema de huevo.
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Aguacate o papaya.
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Leche o mantequilla.
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Nueces, almendras, semillas de chía y girasol.
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Algunos pescados azules.
Vitamina K
Su función más importante se relaciona con la coagulación de la sangre, y su deficiencia ocasiona problemas de coagulación sanguínea. Entre las más importantes están la K1, Filoquinona, y se presenta en procesos que tienen que ver con la coagulación sanguínea.
Además se puede obtener en alimentos de hoja verde como la espinaca, brócoli, col de bruselas o la col rizada, aunque también está en el aguacate, lechuga, germen de trigo, cereales, o algunos aceites vegetales.
Por otro lado, la vitamina K2, menaquinona, se caracteriza por ser producida por las bacterias que se sitúan en el intestino grueso. Interviene en procesos de fijación de calcio, y su deficiencia ocasiona un sangrado fácil, diarrea en exceso y que el proceso de coagulación sea más lento.
No obstante, es necesario saber que es recomendable mantener un nivel óptimo en el organismo de todas las vitaminas, aparte de las liposolubles, también de las hidrosolubles. Ya que realizan funciones vitales en el organismo y regulan diferentes procesos metabólicos.
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