La principal diferencia entre un funcionario de carrera y un empleado público se encuentra en la regulación legal del puesto de trabajo. Mientras que los primeros se rigen por el derecho administrativo, a los segundos se les aplica el Estatuto de Trabajadores.
Todo funcionario es empleado público, pero no al revés. Es el caso del personal laboral fijo, al que pertenece, por ejemplo, la plantilla de trabajadores de Correos. Pero la legislación no es el único punto que les diferencia y aparecen otros puntos como la estabilidad laboral.
A la hora de acceder a un empleo público, es importante preparar unas oposiciones. Conseguir buen temario e incluso optar por apuntarse a una academia o preparador si se quiere una formación más individualizada.
¿Es lo mismo un funcionario de carrera que un empleado público?
No. Y a continuación, aparecen algunos de los puntos que los hacen diferentes. Entre ellos, el sueldo, los trienios, incentivos, ayudas sociales o la estabilidad laboral. La seguridad que da un puesto de trabajo para siempre.
En España, hay cuatro tipos de funcionarios públicos, cada uno de ellos cuenta con sus características particulares y específicas dependiendo del puesto de trabajo.
Interinidades
El personal laboral y el funcionario de carrera tienen diferencias en cuanto a la cobertura de vacantes de puestos de trabajo en las administraciones públicas. Para empezar, el personal laboral fijo no puede sumar más de tres años con contrato temporal. Y para acceder a ese puesto deberá superar una oposición, a no ser que entre por bolsa de empleo.
Respecto al funcionario de carrera, podrá ser llamado a cubrir interinidades después de aprobar una oposición, pero no tener nota suficiente como para conseguir plaza fija. No existe límite de sustituciones a cubrir, como en el caso del personal laboral.
Sueldo de los funcionarios y personal laboral
Otra de las diferencias entre empleados públicos está en las retribuciones, el sueldo mensual (la nómina) y las pagas extra, así como trienios y otras ventajas económicas acumuladas con el paso del tiempo.
La cantidad a cobrar tanto por funcionarios como por personal laboral pueden ser:
- Fijas: aquí entraría la nómina, la cantidad mensual que el empleado recibe al mes. Además de las pagas extra y los trienios. En este sentido, las gratificaciones extraordinarias no llegan al mismo tiempo a los funcionarios y al personal laboral fijo.
- Complementarias: Complemento de destino y complemento específico. Con este nombre se hace referencia a un dinero extra que el funcionario recibe dependiendo de las características especiales de su puesto de trabajo. Muchas administraciones públicas cuentan con la posibilidad de pagar la productividad.
Contrato indefinido, estabilidad laboral
Uno de los motivos por los que los estudiantes preparan oposiciones es para conseguir estabilidad laboral o un contrato fijo que les dé derecho a cobrar una pensión de jubilación en el momento de la retirada.
En este sentido, siempre hay que resaltar que un funcionario de carrera que tiene su plaza fija, va a mantener ese puesto de trabajo hasta que cumpla 65 años y le llegue el momento de la jubilación. El despido de un funcionario es muy complicado. Tendría que saltarse la ley o hacer trampa en su trabajo de una manera muy descarada para ser despedido. La Ley le ampara desde el momento en que consigue empleo público.
El personal laboral, aunque sea fijo, no tiene garantizada una continuidad de por vida en su empleo. Aquí, no hay ninguna ley que les blinde. Al contrario, si la empresa pública en la que trabajan hiciera un despido colectivo, un ERE o cualquier otra medida de control laboral, por muy empleado público que sea, el trabajador irá al paro.
Ventajas de conseguir empleo público
Trabajar en la Administración pública tiene innumerables ventajas. Entre ellas, las que llevan a más personas a preparar una oposición tanto para trabajar como personal laboral fijo como para ser funcionario de carrera son la conciliación familiar, un buen sueldo que irá incrementándose con el tiempo, posibilidad de promocionar…
Pero también tener un horario fijo, en muchas ocasiones perfectamente compatible con el cuidado de los niños, horas extra bien remuneradas, y unos derechos laborales con buenas cotizaciones en la Seguridad Social que luego valdrán para poder calcular la pensión de jubilación.
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