Dos años de baja psicológica es la peor sanción que ha podido recibir Sandra, la cartera madrileña que jamás se habría imaginado pasar por la situación que desembocó en asistencia médica.
Después de 14 años realizando su trabajo con normalidad, un día de enero de 2021, Sandra acude a su oficina de Correos en Madrid para comenzar la jornada laboral con el habitual reparto diario. Sin embargo, no todo marchaba con normalidad, pues detecta un paquete “sospechoso” que pesa 2,3 kilos, proviene de otro país y emite un fuerte olor a hachís o marihuana.
Para su sorpresa, Sandra actúa como haría cualquier otra persona que quiere evadirse de los problemas: llama a la Policía Nacional. Esta se presenta en la oficina de la afectada e incauta el paquete. A los pocos días, el director de zona, tras enterarse de lo ocurrido, le comunica por escrito que está sancionada por la comisión de una falta leve del artículo 83 del III Convenio Colectivo de Correos, según apunta Infobae.
¿Por qué es sancionada de empleo y sueldo?
“Un retraso injustificado, desobediencia, negligencia o descuido excusables en el cumplimiento de sus tareas”, argumenta la empresa pública para inhabilitar a Sandra por no querer repartir un paquete y sancionarla con dos días de empleo y sueldo.
Ante ello, la cartera presenta una denuncia y una demanda contra su sanción. El juzgado de lo Social nº 14 de Madrid la invalida, pero el caso llega más allá: Correos lo recurre y aterriza en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Desde la Confederación General del Trabajo (CGT), que toman cartas en el asunto, denuncian que “la empresa tuvo la desfachatez de recurrir cuando un juzgado le había dado la razón a Sandra, que no pudo aguantar la presión y ha estado de baja por problemas psicológicos”, recoge Infobae.
La afectada recibe 1.000 euros de indemnización
El TSJM es claro: señala que la afectada no llevó a cabo ninguna conducta que pudiera ser sancionada. Una vez más, Correos vuelve a estar en el punto de mira, pues según señala CGT, no es la primera vez que la compañía ejerce un “maltrato empresarial contra la plantilla”. Aseguran que los carteros se enfrentan a “jornadas demoledoras por culpa de la constante sobrecarga de trabajo, y la empresa corresponde con actuaciones injustas, lamentables e injustificables como esta”.
En definitiva, Sandra ha salido victoriosa tras lo ocurrido, y la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid le ha dado la razón, condenando a Correos a pagar 1.000 euros como indemnización a la afectada por daños morales. Tras dos años de baja, Sandra ha podido por fin reincorporarse a su puesto de trabajo.
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