Algunas personas, aunque no es lo común, deciden volver a trabajar una vez que ya están jubilados. Muchas veces, por necesidad económica (ya que no les alcanza con la pensión para vivir cómodamente) y otras por propio interés profesional. Esto es lo que le pasó al doctor François Lafon, de Medicina General, que después de más de 45 años de experiencia tuvo que ver como, casi un año después de solicitarlo, le obligaban a pagar por una formación y a realizar 160 medias jornadas de prácticas si quería practicar de nuevo la medicina.
Los hechos ocurrieron en 2024 y, por entonces, hacía alrededor de tres meses y medio que había estado jubilado. Esta decisión la tomó el Consejo Nacional de la Orden de Médicos de Francia, que en septiembre de ese año decidió comunicarle por fin el veredicto a su solicitud de reingreso, después de ocho meses en los que no le daban ninguna respuesta.
Para Lafon, era normal que tuviera que “reciclarse” y pasar por una formación, debido a que la medicina está en constante evolución, pero los métodos y los plazos le resultaron excesivos. “Creo que es normal seguir la formación, pero mejor la solicito desde el principio, en lugar de perder ocho meses, por no mencionar el tiempo que me llevó encontrar un supervisor de formación”, explicó al medio ‘Le Quotidien du Médecin’. Eso sin contar que solo tenía tres meses para encontrar a esa persona encargada de darle la “actualización”, lo que el médico consideró “una locura”.
“Quería llegar hasta el final, ser testigo de la humillación que uno siente cuando es maltratado por sus propios compañeros”
Finalmente, el doctor François Lafon consiguió un profesional para recibir esa actualización y, así, volver a ejercer la medicina. Ya que quería llegar hasta el final del proceso para contar todo lo que le estaba ocurriendo durante el mismo: “Quería llegar hasta el final, ser testigo de la humillación que uno siente cuando es maltratado por sus propios colegas”, confesaba al citado medio.
Y es que Lafon había sido médico general durante 45 años en la sanidad privada, posteriormente trabajó en un hospital y, además, realizó guardias y practicó la medicina humanitaria y social. En 2020, se jubiló a los 70 años y, tres años y medio después, quiso volver a ejercer. “Quería retomar el trabajo de teleconsulta y, por qué no, hacer algún trabajo de reemplazo”, explicó.
Tenía trabajo, pero le prohibieron ejercer la medicina
En enero de 2024, Lafon había conseguido un contrato con un centro de teleconsulta, por lo que fue ahí cuando solicitó una autorización para ejercer ante el Colegio Médico Francés. Sin embargo, el entonces presidente le ordenó cesar toda actividad a partir del 27 de febrero de 2024, incluso como médico de atención primaria para sus seres queridos. “Me dijeron: necesitas una evaluación, llevas más de tres años sin ejercer, presentas un alto riesgo de incompetencia profesional”, contó este médico, aun siendo consciente de que debía reciclarse.
Este, de hecho, aseguró que asistía regularmente a cursos de formación a través de ‘Fréquence médicale’ y que estaba suscrito a medios especializados en Medicina para conocer las distintas investigaciones. En este sentido, se lamentó de que no pudiera asistir a los cursos de formación de desarrollo profesional continuo (DPC) porque no estaba afiliado a ninguna consulta. “Quería hacer los cursos de DPC, pero me costaban entre 500 y 600 euros cada vez. No podía permitírmelo. ¡Y me criticaron por ello!”, denunciaba este médico de familia.
Cumplió con las 160 prácticas
Tras realizar las prácticas, ocho meses después tuvo que pasar por un examen de evaluación. “Fue impresionante: había muchísimas preguntas y eran muy académicas. El informe no refleja mi práctica”, expresó sobre la misma Lafon, quien tampoco entendió la lógica de algunas cuestiones. “No creo que sea normal que me evalúen como si hubiera cometido un grave error. Los expertos descartan sistemáticamente a los médicos. Busqué y no encontré ni un solo caso donde dijeran: ‘Sí, doctor, puede ejercer’”, protestó sobre su situación.
En este sentido, añadió que lo que se debería evaluar, en varios días, eran estudios de casos, preguntas de opción múltiple… “algo representativo de la realidad médica”, señalaba. Entonces, solo quería que volvieran a capacitarlo para atender a sus pacientes, particularmente a su hijo, que tenía una enfermedad crónica. “Fue desgarrador tener que ir a rogarles a mis compañeros para que me dieran recetas para esto, para aquello…” explicaba, cuando aún estaba esperando a conocer la decisión final del Consejo Nacional de la Orden de Médicos.

