Los tiempos han cambiado y, con ellos, la forma de encontrar trabajo. Si antes se llevaban los currículums bien completos, con la máxima información posible, ahora la tónica es bien distinta: debe ser breve y claro. La razón es simple, nuestro currículum no es el único que van a leer los reclutadores, así que cuanto más le facilitemos su labor, más posibilidades de que nos lean y nos tengan en cuenta durante el proceso selectivo.
Si el CV no va al grano, y no se adapta al puesto de trabajo para el que se envía, se va a acabar desechando. Para que esto no ocurra, y poder al menos conseguir una entrevista, hay ciertos apartados o datos consolidados en los currículums clásicos que deberías ir borrando. Así tendrás más probabilidades de ser contratado.
Cosas que debes borrar de tu currículum
Antes de nada, recuerda los adjetivos que deben definir tu CV: original, breve, específico y compresible. Nunca envíes el mismo currículum para dos trabajos totalmente distintos, porque las necesidades o habilidades que se exigen en un puesto de camarero, por ejemplo, no son las mismas que las de un programador.
Dicho esto, revísalo bien, porque los expertos en materia laboral aseguran que no deberías incluir los siguientes puntos o apartados:
- No pongas de título “CV” o “Curriculum vitae”. Los de recursos humanos ya saben de qué documento se trata.
- No enuncies apartados como “nombre”, “teléfono”, “dirección”, “correo electrónico”... Pon los datos directamente. Si quieres, puedes englobarlos en un apartado de “Información de contacto”, pero nunca pongas los enunciados.
- Hablando del correo electrónico, utiliza una cuenta de email profesional. Nada de “chiqui96” o “morenita16”. No dará buena imagen. Lo normal es que el nombre de la cuenta esté formado por el nombre y apellidos.
- No pongas las experiencias laborales muy antiguas, a no ser que sean las únicas que tengas o que estén relacionadas con el puesto al que te quieres presentar. Eso, o que se trate de un puesto importante en una empresa muy conocida.
- Ahórrate los datos más personales, como si estás casado, soltero o tu religión.
Y, sobre todo, hay que adaptar el currículum a la oferta de empleo. En este sentido, no hay una regla universal y debemos ser flexibles. Por ejemplo, se recomienda siempre ahorrarse datos personales como la religión, como hemos visto, pero si vas a enviar el CV a un colegio privado católico, sí puedes incluir que has colaborado con organismos como Cáritas, que has sido catequista o que formas parte de alguna cofradía, por poner algunos ejemplos.
La personalización es clave. Por ello, como último consejo, te recomendamos que eches un vistazo a las habilidades que piden en el puesto de trabajo al que quieres presentarte o qué perfil de trabajadores buscan en la empresa donde deseas trabajar. Así podrás adaptar tu CV y experiencia a los mismos, aumentando las posibilidades de que resultes el candidato ideal para la misma o, cuanto menos, te llamen para una entrevista o darte una oportunidad.
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