En un mercado laboral en el que cada proceso de selección es más competitivo que el anterior, los errores en una entrevista de trabajo pueden costar el empleo incluso antes de acabar la conversación. Uno de los fallos más frecuentes, según muchos reclutadores, es acudir sin haber investigado la empresa o no formular ninguna pregunta al finalizar.
Sobre este punto ha sido especialmente contundente Santiago Navarro-Rubio, CEO y fundador de Namencis Education, que ha explicado en sus redes sociales por qué este comportamiento es, para él, motivo suficiente para descartar a un candidato.
Navarro asegura que hay un detalle que nunca pasa por alto y es cuando al terminar la entrevista pregunta al candidato si tiene alguna duda y este responde que no. Para él, esa respuesta es inaceptable. “Yo nunca contrato a nadie que le dices una entrevista de trabajo. ‘¿Tienes alguna pregunta?’ ‘No.’”, afirma con rotundidad.
Hay que saber qué preguntar
El empresario insiste en que no se trata de preguntar por preguntar, sino de saber qué preguntar. En sus palabras, “hay que saber también qué preguntas hacer”, y eso implica ir más allá de cuestiones básicas como salario, vacaciones u horario. Para Navarro-Rubio, ese tipo de dudas pueden abordarse más adelante, pero no deben ser la prioridad durante una primera toma de contacto.
En cambio, considera adecuado interesarse por aspectos relacionados con el funcionamiento interno de la empresa.“Oye, ¿y esa persona que está allí que durante la entrevista me está fijando, por ejemplo, cuál es su función? No he entendido muy bien los departamentos”. Ese tipo de preguntas, explica, demuestran curiosidad, voluntad de integrarse y verdadero interés por el puesto.
Un error imperdonable es no informarse sobre la empresa
Otro de los puntos que más critica el empresario es la falta de preparación previa. Asegura que le sorprende que algunos candidatos lleguen a una entrevista sin haber investigado absolutamente nada sobre la empresa. “Muchas veces también a mí me mata cuando voy a entrevistas o hago entrevistas y la gente no se ha leído nada. No se ha leído nada de mi empresa, de mis empresas”, aclara.
Cuando intenta averiguar el motivo y pregunta por qué no se han documentado, la respuesta habitual es que “no han tenido tiempo”. Para él, esto refleja un problema grave de actitud. “¿Qué piensas de verdad cuando una persona que va a venir aquí a trabajar todos los días no ha tenido ni siquiera el interés?”, cuestiona.
Navarro vincula estos fallos de actitud con una queja frecuente entre quienes buscan empleo. Según expone, después de acudir a entrevistas sin haberse informado, sin preguntas preparadas y sin mostrar interés, muchos candidatos terminan diciendo que “no hay trabajo”. Él lo rechaza de plano, “luego mucha gente dice: ‘No, es que no hay trabajo y demás.’ Para nada”, concluye.
Para el empresario, sí hay oportunidades laborales, pero exige demostrar motivación, esfuerzo y un mínimo de preparación.

