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Tamara, opositora a docente en Andalucía, indignada por la falta de coherencia del tribunal: "Pedí un justificante de asistencia a mi tribunal y tenía 6 errores"

Varios errores en el justificante de asistencia que emitió el tribunal indignaron a la participante, que había sido descalificada.

Una chica joven y un certificado de asistencia
Una chica joven y un certificado de asistencia |La Voz del Sur
Antonio Montoya
Fecha de actualización:
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Una opositora que se ha presentado a la convocatoria para docentes en Andalucía se ha visto envuelta en una serie de fallos clamorosos por parte de la Administración que ponen en duda la imparcialidad y el nivel de exigencia de los tribunales examinadores. Tamara, aspirante a las oposiciones a docente, ha denunciado la falta de coherencia en el tribunal, después de que su programación fuera invalidada por la presencia de faltas de ortografía.

“Acepto mi error, lo que me sorprende es el nivel de rigidez y exigencia corrigiendo de algunos tribunales cuando ni ellos mismos tienen esa excelencia profesional”, explica la participante de la convocatoria andaluza, en unas declaraciones a La Voz del Sur.

El justificante del tribunal tenía hasta 6 errores

Como fue descalificada y no pudo pasar a la prueba oral, Tamara pidió un justificante de asistencia al tribunal, el cual emitió un documento que demostraba su presencia en las pruebas pero que sorprendentemente contenía hasta “seis faltas de ortografía”. Para ella suponía una enorme falta de coherencia y de criterio, al negarle su pase a la siguiente prueba por faltas cuando el propio tribunal las comete en mayor medida.

La imagen del certificado, firmada por el secretario y la presidenta del tribunal, muestra varias palabras con errores de acentuación. “Poco más que decir…”, concluyó la aspirante, visiblemente decepcionada por lo que considera una falta de paridad o, al menos, una explicación razonable de por qué esto ocurre.

No es la primera vez que esto ocurre y que existe esta falta de criterios firmes entre aspirantes y docentes cuando se encuentran en los tribunales de una oposición, siendo ya una queja recurrente en este proceso selectivo en Andalucía. La aspirante, que asegura que ocupaba el puesto número siete de un total de dieciocho plazas, se mostró sorprendida no solo por la penalización, sino por el contraste con el nivel de revisión en los documentos oficiales.

Por qué la evaluación debe ser justa y coherente

Muchos opositores han contado en redes y foros que las diferencias de criterio entre tribunales pueden ser justo lo que marque si apruebas o te quedas fuera. En un sistema tan competitivo como el de ahora, donde unas décimas te cambian todo, los fallos administrativos o las valoraciones subjetivas pueden tener consecuencias muy serias.

Una oposición llena de tensión… y con falta de respuestas

Este año, las oposiciones han venido cargadas de presión y nervios para los candidatos. A eso se le suma, según cuentan algunos, la falta de información clara, la ausencia de respuestas oficiales cuando hay errores y la escasez de canales útiles para reclamar. El caso de Tamara deja en el aire una pregunta que puede resultar incómoda: ¿quién controla a los que evalúan? Y lo más importante, ¿cómo se garantiza que todos compitan en igualdad de condiciones?

Su queja no es la única, ya que las reclamaciones se acumulan no solo por lo duras que son las oposiciones, sino también por la falta de autocrítica por parte de las instituciones. “Si a nosotros nos exigen perfección, ¿por qué no se exige lo mismo a quienes nos evalúan?”, comentan varios opositores. Entienden que todos pueden cometer errores, pero lo que no aceptan es que se les penalice a ellos por mínimos fallos, mientras que los errores en los documentos oficiaales, por ejemplo, pueden pasar por alto.