‘Kellys’ y precariedad laboral han ido siempre de la mano. Ellas, pilar fundamental de cualquier hotel o apartamento turístico, siguen trabajando a diario bajo unas condiciones que, en cualquier otro sector, serían inimaginables. A pesar del esfuerzo físico y mental de su trabajo.
Como dato, de media se calcula que una camarera de piso puede realizar entre 25 y 30 habitaciones diarias. Una auténtica “burrada”, como describe el director general en MarSenses Hotels & Homes, Rodrigo Fitaroni de Almeida, que ha apostado por un modelo completamente diferente. Primero, por dignificar la profesión, y segundo, por adaptar los puestos a estas trabajadoras, conscientes de lo exigente que es realmente desempeñar esta posición. Como ejemplo, la reducción de jornada a 32 horas semanales, sin pérdida salarial, para las mayores de 58 años.
“No existe turismo sin limpieza y eso es una máxima”, manifiesta rotundo Fitaroni en una entrevista para ‘NoticiasTrabajo’, quien defiende que, el trabajo de las ‘kellys’, además, va más allá de la limpieza, “Una camarera de piso no solo limpia. Son ellas las responsables de la incidencia de partes que se pasa servicio técnico. Son ellas normalmente las que hacen la comunicación con recepción de cualquier problema de la instancia del propio cliente. Son un personal indispensable en la operativa de un hotel”.
“No tenemos problemas de absentismo como tienen las demás empresas”
MarSenses Hotels & Homes cerró 2024 con una facturación récord de 30,5 millones de euros, un 27% más que el año anterior. Empezó a operar en 2020 y, actualmente, cuenta con seis hoteles de 4 estrellas. Fue en 2024 cuando ejecutaron su primera reducción de jornada, para toda la plantilla, pasando a ser de 38,5 horas semanales.
Este 2025 dieron un paso más y establecieron la jornada de 37,5 horas semanales, sin pérdida salarial, también para todas las personas de la empresa. Así, han logrado implantar la que era una de las medidas estrellas del Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz (tumbada en el Congreso). Y, además, con buenos resultados.
A esto, se suma la ya citada rebaja a 32 horas semanales para las camareras de pisos mayores de 58 años, conscientes de que, a esa edad, no se puede seguir desarrollando la misma actividad laboral en un sector como este. Un ejemplo es que, según un informe de CCOO de 2019, el 70% de estas trabajadoras consumía fármacos habitualmente para combatir los dolores derivados del trabajo. Una realidad que, una vez más, ha podido constatar Rodrigo Fitaroni de Almeida.
“Nosotros tenemos personas en plantilla con 60 años que su nivel de compromiso con el trabajo es muy alto. Lo que pasa que ese montón de movimientos repetitivos, esa carga de trabajo, les pasa tanta factura al cuerpo. Se normaliza tomar medicamentos por la mañana antes de empezar el trabajo y después al terminar”.
Además, en MarSenses Hotels & Homes, han establecido un ratio máximo de 10,5 habitaciones, incluidas las salidas de limpieza, algo que dista mucho de la realidad en el resto de las cadenas hoteleras. Muchos empresarios podrían echarse las manos a la cabeza ante estas medidas (se constató con las patronales en la Mesa de Diálogo Social para la reducción de jornada a 37,5 horas en España), pero ellos han demostrado que es posible.

De hecho, su director general asegura que no tienen problemas de absentismo. “Tenemos menos del 5%, estando el sector hotelero dentro de Mallorca por casi el 16%, estamos muy muy por debajo de la media”.
Sin problemas de contratación
Junto al absentismo, las empresas vienen denunciando un problema de escasez de talento, asegurando que cada vez es más difícil encontrar personal. Y ya no hablamos de personal IT, altamente cualificado, sino que hay una gran demanda de profesiones de oficios y, especialmente, en la hostelería. Algo que tampoco ocurre en MarSenses, asegura Fitaroni, quien agrega que ha mejorado también la experiencia de los clientes.
“Nosotros no tenemos problemas de contratación, eso es un factor grave. Nuestra satisfacción de clientes subió más de 10 puntos cuando hemos empezado a implementar lo que son las mejoras de las condiciones laborales de los trabajadores del hotel”.
“No creo que todo esté permitido para hacer dinero”
A pesar del impacto positivo, Rodrigo Fitaroni insiste en que “es un poco de conciencia también”: “No creo que todo esté permitido para hacer dinero”, aun entendiendo que, a algunas cadenas, “le puede suponer un problema hacer esa reducción”. Para él, la clave está en hacer un buen trabajo previo y luchar por implantar mejoras “que de verdad impacten en el bienestar de trabajador”, aunque ello requiera un esfuerzo corporativo.
Sobre si, a su juicio, considera que el ejemplo de MarSenses interesa a las grandes cadenas hoteleras, responde que no lo cree. Al menos, por ahora. “Tenemos detectado un problema, el desinterés que hay dentro del turismo, pero muchas veces creo que no están abordando cuál es el problema real”, apuntando a que esta pasa, en parte, por una suma de factores sociales. “Como empresa lo que hemos intentado es ir más allá de lo que considerábamos que era solo nuestra responsabilidad”.
Respecto a esta responsabilidad social, afirma que existe mucho “socialwashing”: “Si tú de verdad no haces lo que estás diciendo, no deja de ser publicidad engañosa, pero es lo de siempre”, señala, conociendo él desde abajo lo que supone trabajar en un hotel. Es así porque empezó en la compañía como camarero: “tuve la suerte de poder ascender rápido y ocupar lo que es la dirección general de la cadena. Yo vengo de trinchera de hotel y de conocer muy bien cuáles son las condiciones laborales que teníamos dentro de la empresa o dentro de la hostelería en general”.
“La gente se olvida que por más director de hotel o por más CEO que yo pueda ser, yo soy una persona y soy un trabajador igual. No hay ninguna diferencia de comportamiento, solo de funciones. Creo que todas esas partes de dignificar no es solo dignificar la parte laboral, sino también dignificar cómo tratamos a las personas que trabajan dentro de un hotel”.
“Nadie es productivo 8 horas seguidas. Eso es un hecho”
Rodrigo Fitaroni reitera que, en el sector de la hostelería, existen “muchos contras”: “tú trabajas mientras todos tienen el ocio y el ocio es algo indispensable en la vida de cualquier persona. Entonces, si no hay nada que haga que valga la pena trabajar en la hostelería, ¿por qué voy a trabajar en ella?”.
Por este motivo, afirma que van a seguir trabajando con el equipo: “mientras las cosas vayan bien, vamos a seguir mejorando. Mientras el nivel de productividad de ellos siga alto, vamos a seguir apostando por esas mejoras, Es un ‘win-win’. Ellos ganan y nosotros también”. Y, como ejemplo, está de nuevo la reducción de jornada: “Nadie trabaja 8 horas seguidas. Eso es un hecho. Nadie está 8 horas productivo sin parar. Nosotros les pedimos compromiso y lo cumplieron”.
Respecto a la ‘competencia’, afirma que ninguna cadena se ha interesado por el modelo que han implantado. Haciendo una valoración del sector desde el punto de vista empresarial, Fitaroni señala que “no nos hace falta tiburones”, sino “muchos pececitos que se lleven bien entre todos”. También incide en que se trata de “cambiar el punto de vista, cambiar la forma de ver las cosas, e intentar adaptarse un poco a lo que pueden ser las necesidades actuales”, insistiendo en el cambio generacional.
“Son trabajos muy duros. Las personas no quieren trabajos tan duros y menos si no están mucho mejor remunerados. Yo creo que ahí se mezcla un poco el concepto de lo que es el clasismo: se cree que los trabajos mejor remunerados deben ser los trabajos mejor cualificados. Bueno, hace falta mucha cualificación para limpiar bien una habitación. Y hacerlo bien y de forma eficiente, tal cual requerimos dentro del sector”, manifiesta.
“Creo que deberían estar limitadas las cantidades de habitaciones que puede hacer una camarera de pisos”
Siguiendo con el análisis del sector, Rodrigo Fitaroni cree que hay medidas que deberían estar implantas ya a nivel general, como la limitación en el número de habitaciones que puede hacer una camarera de pisos. “Yo sí creo que debería estar mucho mejor controlado. O si se les está obligando a hacer hora extras”, expone.
Sin embargo, todo apunta a que, de momento, este tipo de medidas están siendo vistas con recelo. Especialmente, “por la falta de interés que ha habido” en el sector. Como ejemplo, no se le ha concedido ni u solo premio de responsabilidad a la compañía en España, cuando sí ha sido reconocida a nivel europeo.
Tampoco ha habido un interés político, siendo curioso que, en este caso, nadie pudiera “colocarse una ‘plaquita’”, al ser una medida planteada, desarrollada y ejecutada únicamente por la empresa negociando con los trabajadores. “Nos hemos salido un poco de la norma. Ahí lo que me planteé es realmente qué mueve a las personas”, concluye, tras demostrar que otro modelo de trabajo, más ético y consciente con el trabajador, es posible. Incluso en la hostelería.

