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Jean (27 años): “gano un sueldo de 2.100 a 2.700 euros al mes por 6 días de trabajo”

El sistema de fijos discontinuos francés hace que este técnico de sonido trabaje durante periodos cortos ingresando una nómina elevada y cobrando la prestación por desempleo.

Un joven sonriendo mirando a la cámara
Jean (27 años): “gano un sueldo de 2.100 a 2.700 euros al mes por 6 días de trabajo” |Envato
Berta F. Quintanilla
Fecha de actualización:
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A sus 27 años, Jean ingresa una nómina que, sumando el sueldo y el cobro de la prestación, se queda entre 2.100 y 2.700 euros. Este joven técnico de sonido está dentro de los más de 300.000 profesionales que, en Francia, son llamados ‘trabajadores intermitentes’ (situación parecida a la de los fijos discontinuos españoles). Una situación que, como ha explicado, es muy habitual en el sector al que pertenece, el del espectáculo.

En una entrevista para Le Figaro, explica cómo consigue un salario tan elevado con un empleo que le ocupa sólo 72 días al año. “Reconozco que puedo vivir con dignidad” ya que asegura que, mientras que está en paro, cobra la prestación por desempleo del SEPE galo, que se llama France Travail. 

La figura del fijo discontinuo apareció en Francia en los años sesenta para aquellas personas que trabajaban en empresas donde no les garantizaban un empleo continuo. De este modo, conseguían ingresos estables y, en los momentos en que se quedaban en paro, una ayuda económica hasta que les contrataban de nuevo.

El caso de Jean es particular porque siempre quiso dedicarse al mundo del espectáculo, concretamente a la música o la televisión, por lo que estudió ingeniería de sonido. Recuerda que terminó la carrera justo cuando comenzaba la pandemia sanitaria del coronavirus, por lo que se le cerraron todas las puertas al mercado laboral durante unos meses.

Consiguió empleo en un estudio de grabación

Su primer trabajo, como reconoce en el medio francés, fue en un estudio de grabación desde donde saltó a los conciertos. En el año 2020 firmó su primer contrato, con la empresa audiovisual M6, y su función era la de servir de soporte a los periodistas mientras realizaban entrevistas.

Esto le llevó a encadenar 59 contratos de trabajo al año, con lo que consiguió 507 horas de trabajo, que son las que piden en los últimos 304 días para poder acceder al ‘régimen intermitente’. 

Desde ese momento, Jean trabaja unos 6 días al mes para la misma empresa con contratos temporales, en los que aparece marcado el fin por el que se le ha seleccionado.

“Por seis días de trabajo, cobro 1.500 euros, el resto lo completo con la prestación”

“Cuando trabajo seis días, cobro un sueldo de 1.500 euros, y el resto lo completa la prestación de France Travail”, apunta. Al sumar, se comprueba que los ingresos mensuales oscilan entre los 2.100 y los 2.700 euros. Esta estabilidad económica es la que le permite llevar a cabo otros proyectos como estudiar un máster en Ciencias Sociales, donde está realizando un estudio sobre poesía cantada. 

En Francia, los últimos datos de empleo señalan que en el año 2022 había 304.000 profesionales con este tipo de trabajo, un 6,5% más que en 2021. Esto indica que cada vez más empresas se decantan por este modelo laboral. La mayor parte son hombres (61,4%) con puestos en el sector del arte (60,5%).

Los datos revelan que este tipo de contrato se da en un número elevado de artistas, técnicos de iluminación, de sonido y escenógrafos. La presencia es mayor en sectores de la música y el cine y muchos de ellos sólo firman un contrato al año.

Los trabajadores deben garantizar un mínimo de horas en la oficina de empleo

Este régimen intermitente en Francia tiene ventajas pero también inconvenientes. Uno de ellos es que para estar dentro es necesario asegurar cada año un mínimo de horas por lo que deben buscar contratos regularmente, incluso cuando hay periodos de baja actividad. 

A pesar de estar cubiertos por el sistema general de la Seguridad Social, suelen trabajar durante los fines de semana acumulando jornadas largas y horas extra cuando sus funciones así lo requieren. 

En estos casos, muchas veces aparecen problemas de conciliación laboral y familiar. Pese a esto, en Europa, el modelo francés sigue siendo una referencia.