Cada vez más jóvenes españoles deciden probar suerte en el extranjero ante la dificultad de encontrar empleos bien remunerados y con buenas condiciones laborales en España. Entre ellos se encuentra Guille Cadarso, un joven que dejó su país con una idea clara, empezar de cero en Irlanda, y sin experiencia, ni saber el idioma, consiguió un empleo en el que cobra más de 4.000 euros.
Así lo ha explicado un video publicado a través de sus redes sociales en el que Cadarso resume su historia con una frase que ha llamado la atención: “Conseguí un trabajo de más de 4.000 euros, sin experiencia y sin el idioma del país”. Según explica, su decisión de marcharse fue impulsiva, pero efectiva. “Hace cosa de un año se me metió en la cabeza que me quería ir de España sí o sí”, recuerda.
El joven explica que el primer paso fue preparar un currículum en inglés. “Te lo haces con Canva, te ayudas con ChatGPT”, comenta. Después, se dedicó a enviar solicitudes masivamente a través de portales internacionales. “Empecé a inscribirme en todas las ofertas que había, pero en todas: camarero, limpieza, jardinero… lo que fuese”, relata.
A las dos semanas de empezar a enviar currículums ya lo habían llamado para una entrevista
Consciente de que el idioma era un obstáculo, las semanas previas a su traslado comenzó a estudiar inglés, “sobre todo a estudiar cómo pasar entrevistas en inglés”. Su objetivo era claro, superar la entrevista, porque, según afirma, una vez dentro del trabajo siempre hay compañeros que pueden echar una mano.
Su oportunidad llegó antes de lo esperado, y es que no habían pasado ni dos semanas desde que hizo el currículum cuando ya lo había llamado de un hotel. Lo sorprendente, cuenta, es cómo se produjo la entrevista, y es que se pusieron en contacto con el cuando estaba “volviendo de fiesta, a las 7 de la mañana, un viernes, y me llamó el que sería mi jefe en Irlanda”, cuenta entre risas.
Durante la llamada, el responsable del hotel le preguntó si tenía experiencia como barista o coctelero, tareas que no había realizado nunca, pero aun así reconoce que “le dije que yo sabía, que todo perfecto”, y cuando le preguntaron que si podía mudarse para trabajar en Irlanda no lo pensó. “Le dije que para el miércoles siguiente podía estar ahí”, y en menos de una semana compró vuelos, buscó alojamiento y se marchó pese a la sorpresa de su familia.
“Aunque no tengas experiencia ni sepas el idioma, te pones a estudiar por tu cuenta y, una vez entres al trabajo, intentas aprender lo máximo posible”, explica. Y anima a quienes tengan miedo a fracasar que prueben suerte. “¿Qué es lo peor que puede pasar? Que no te cojan, que te despidan, que tengas que buscar otro trabajo. Pues bueno, si estás en otro país, ya te toca echar para adelante”.
