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Erika Torres, antigua interna: “una persona sin papeles trabajará en negro hasta que se regularice y a algunas personas de España le da mucho coraje”

Vino desde Venezuela en busca de una vida mejor y estuvo 3 años como interna: “Sientes que te quitan tu libertad. Si ya con un empleo de 8 horas nos quejamos, imagínate vivir en tu trabajo 24/7”.

Erika Torres, en su vídeo de YouTube
Erika Torres, en su vídeo de YouTube |YouTube
Esperanza Murcia
Fecha de actualización:
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Las empleadas del hogar, y especialmente las internas, son uno de los colectivos más vulnerables en cuanto a derechos laborales se refiere. Un trabajo en el que, desafortunadamente, todavía están muy presentes prácticas como trabajar sin estar de alta en la Seguridad Social o un contrato, cobrar por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), o no tener los descansos obligatorios por ley.

Pese a ello, es una salida que toman muchas personas inmigrantes, en su mayoría mujeres, que llegan a España en busca de una vida mejor. Y fue el caso inicial de Erika Torres, una venezolana que trabajó durante 3 años como interna en una casa en nuestro país. En un vídeo de su canal de YouTube, ha querido compartir cómo es trabajar como interna en España, y es que es un trabajo muy duro para el que hay que estar concienciado.

“Hay muchas cosas que nadie te dice”, comienza explicando Erika, reiterando que “ser interna no es para todo el mundo y sé por qué te lo digo porque estuve durante 3 años conviviendo y cuidando una abuelita”. En primer lugar, explica que ser interna significa “que debes vivir con la persona que cuidas y debes hacer prácticamente de todo, como bañarla, hacerle la comida, estar pendiente de sus medicinas, hacer la compra, limpiar, llevarla al médico… literalmente haces de todo”.

“Sientes que te quitan tu libertad. Si ya con un empleo de 8 horas nos quejamos, imagínate vivir en tu trabajo 24/7”

De las pocas ventajas que menciona, es que no tienes que pagar nada por vivir allí, ya que además del alojamiento la comida suele formar parte de tu retribución: “tiene una cosa muy positiva y es que cuando tú estás interna tienes la posibilidad de poder ahorrar, ya que no tienes tantos gastos”.

Ahora, es un régimen que también te priva de disfrutar tu tiempo como quieres, lo que muchas personas aseguran que lleva incluso a la pérdida de identidad: “estás limitado a la hora de salir y eso sí es difícil cuando eres interna, porque sientes que te quitan tu libertad. Si ya con un empleo de 8 horas nos quejamos y eso que vamos y regresamos a nuestras casas imagínate vivir en tu trabajo 24/7… Es que nunca desconectas”.

Al hilo de lo anterior, Erika señala que hay que “estar demasiado preparado para este tipo de empleos o solamente hacerlo por un corto tiempo, porque de verdad que afecta demasiado a la salud mental”.

Asimismo, como consejo, recomienda no aceptar nunca lo primero que ofrecen: “siempre hay que negociar y lo que suelen quitar más, porque obviamente la persona necesita atención 24/7, son los días de descanso. Y tus descansos amiga no son negociables, yo creo que siempre hay que exigir lo que nos pertenece como trabajadores y muchas veces como por miedo a expresarnos o porque tenemos miedo de que despidan no expresamos lo que sentimos y aceptamos lo que nos dan”.

“He visto casos que ofrecen 500 euros para que te internes”

Sobre el tema de los salarios, esta ex empleada de hogar asegura que “he visto casos en los que te quieren pagar muy poco dinero. Y cuando digo muy poco quieren ofrecerte aproximadamente desde 500 para que tú te internes… y te dan pésimas condiciones”.

También afirma que ha visto otros casos en los que te pueden pagar 1.000 euros o un sueldo mínimo: “la gente paga lo que quiere o pagan lo que pueden, pero también ellos te piden que estés ahí 24 horas y obviamente por un sueldo tan bajo la verdad es que yo por ejemplo, que ya pasé por una experiencia como esta, no lo aceptaría”, incide.

Siguiendo con las condiciones de las internas, explica que “con suerte” algunos empleadores te dan de alta en la Seguridad Social, como quieren todas las trabajadoras, pero otros no lo hacen “porque no tienen dinero o se quieren ahorrar lo de la Seguridad Social”.

Respecto a esto, Erika expresa que “yo sé que critican mucho el tema de que están trabajando en negro y no cotizan, y no están pagando impuestos y no sé qué”, pero “uno no es que no quiera, sino que obviamente las opciones son limitadas”. “Por ejemplo, una persona que no tiene papeles estará a lo mejor trabajando en negro hasta que su trámite o su proceso legal se regularice, todo es un proceso. Yo sé que a las personas de aquí de España, hay algunas que le da mucho coraje eso, pero bueno, es lo que hay. Ojalá pudiésemos llegar y nos dieran un permiso de trabajo y pudiésemos cotizar y contribuir en el país en el que estamos porque evidentemente pues todos tenemos que trabajar y todos tenemos que cotizar y pagar”, explica en profundidad Erika.

Con esta reflexión, esta ex interna quiere dar a entender que “lo único que nosotros queremos es tener una vida tranquila, sin problemas, cotizar, contribuir con el país y vivir tranquilitos”.

“Muchas veces te vas a sentir sola y por las noches vas a llorar”

Erika también explica que “lo que nadie te dice” trabajando de interna es que “muchas veces te vas a sentir sola y por las noches vas a llorar, porque extrañas a tu familia, porque no le encuentras sentido a la vida o no sabes por qué te viniste a un país tan lejos. Uno se siente superperdido”.

Ya no solo por la adaptación a esa nueva cultura, sino porque “tampoco te dicen que tienes que soportar malos comentarios o malos tratos”. Sobre esto último, puntualizada que no en todos los trabajos es así, pero “es verdad que suele pasar muchísimo”. También advierte de los fuertes dolores de espalda, porque debes hacer mucha fuerza: “te va a doler hasta el alma”.