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Una camarera explota y llora de rabia: “He echado a 60 clientes que entraron 10 minutos antes de cerrar porque no estaba mi jefe jodiéndome diciéndome que me tengo que quedar aquí mientras él factura y yo no cobro”

La trabajadora denuncia la falta de respeto a su horario y la falta de derechos laborales en la hostelería.

Camarera estalla por las condiciones laborales
Una camarera explota y llora de rabia: “He echado a 60 clientes que entraron 10 minutos antes de cerrar porque no estaba mi jefe jodiéndome diciéndome que me tengo que quedar aquí mientras él factura y yo no cobro” |TikTok (@soycamarero)
Icíar Carballo
Fecha de actualización:
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Desde hace años, la hostelería en España vive marcada por la precariedad laboral. Jornadas que se alargan más de lo normal, limitando la conciliación, y la presión constante de una clientela cada vez menos comprensiva, forman parte del día a día de miles de trabajadores, especialmente desde la pandemia, que ha puesto el foco sobre la importancia de la salud mental y el respeto en el entorno laboral. 

Una camarera con más de diez años de experiencia en el sector ha denunciado públicamente, a través de un vídeo que ha circulado en redes sociales y que ha sido compartido por la cuenta ‘Soy camarero’, la falta de empatía y respeto que percibe en numerosos clientes de la cantina donde trabaja, situada en una base militar.

Estalla ante los clientes por la falta de empatía

La trabajadora, visiblemente afectada, relata cómo, pese a haber comunicado en repetidas ocasiones que el establecimiento cerraba a las 12:00, hasta sesenta personas accedieron al local a las 12:10, obligándola a prolongar su jornada laboral sin recibir compensación alguna por las horas extra.

En el vídeo, la empleada subraya que ni su empresa le paga el tiempo trabajado fuera del horario, ni los clientes muestran consideración por su vida personal. “Lo que hay detrás de la barra no es una máquina, es una persona con problemas, con una vida personal que empieza a las 12, cuando se supone que acabo aquí”, afirma, asegurando que se trata de una situación que se repite con frecuencia.

La trabajadora explica que ha tenido que echar a las sesenta personas a la fuerza, “empujando a la gente como un rebaño hacia la puerta para que se fueran”, apunta, asegurando que lo ha hecho “porque ya no tengo aquí a un jefe jodiéndome, diciéndome que me tengo que quedar aquí mientras él factura y yo no cobro”, lamenta con ira. Además, insiste en que ella no se va a las 12:00, sino que se tiene que quedar una hora más “limpiando, haciendo la caja y reponiendo las cámaras”. Es decir, terminar todas las tareas necesarias antes de cerrar.

“Vamos a dejar de llenarnos la boca hablando de salud mental”

Sin embargo, la trabajadora también apunta a la contradicción entre el discurso social sobre la salud mental y la realidad. “Vamos a dejar de llenarnos la boca hablando de salud mental y vamos a tener un poco de empatía y de respeto por los demás”, reclama mientras que en la sociedad se generalizan mensajes sobre el bienestar emocional. Por ello, apela a la sociedad a tener más consideración con la persona que hay detrás de la barra. “La próxima vez que entres en un comercio o en un bar 10 minutos antes de que cierren, piensa que lo que hay detrás es una persona que tiene que joderse y quedarse”.

Asegura que en la práctica se sigue ignorando la carga psicológica y el desgaste que supone para los empleados la falta de respeto a sus horarios y a su vida personal. Su testimonio se suma así al de otros profesionales que advierten de la necesidad de traducir la sensibilización sobre salud mental en cambios efectivos en el entorno laboral.