Emigrar a Australia se ha vuelto una opción cada vez más habitual para muchos jóvenes españoles, ya que buscan tener mejores sueldos y calidad de vida, aunque eso suponga irse a vivir literalmente al otro lado del mundo. Este es el caso de Virginia Sanz (@virgsanz en TikTok), una española que trabaja limpiando en minas australianas y que se ha hecho viral por explicar, con ejemplos muy concretos, cómo es realmente el coste de vida allí.
En su último vídeo, la joven arranca con una frase que muchos emigrantes comparten, que es cuando cuenta que en Australia se cobra “prácticamente el triple que en España”, la respuesta habitual es que “allí todo es más caro”. Aun así, su experiencia es otra muy distinta. “La vivienda quizás puede ser un poquitín más cara, no mucho más, pero la vida siempre cuento que cuesta lo mismo”, relata.
Para sostener lo que dice, recurre a compras más recientes. El ejemplo más llamativo son unos patines que se ha comprado en Kmart, “que es como el Decathlon o el Primark de allí”. Le han costado 55 dólares australianos, que ella misma traduce a “unos 30 euros”. La comparación con España llega sola: “Mis patines del Decathlon creo que me costaron 40”, recuerda, dejando claro que, al menos en este caso, el producto le ha salido más barato en Australia.
No es el único ejemplo. También cuenta que se ha hecho una “renovación de pendientes”: seis argollas de plata que le han costado 85 dólares australianos, “unos 50 euros” al cambio. “50 euros seis argollas de plata”, insiste, dejando entrever que no le parece un precio elevado si se compara con lo que pagaría en España por algo similar.
Otro de los puntos que suele generar debate es el ocio y el deporte. En el vídeo explica que se ha apuntado a un gimnasio de entrenamiento grupal tipo Hyrox y que le han ofrecido “dos semanas de trial de prueba”. ¿El precio? 60 dólares australianos en total, que ella sitúa en “30 euros por ir dos semanas, las clases que quiera”. De nuevo, la conclusión que extrae es que su día a día “cuesta lo mismo” que en España.
La gran diferencia, insiste, está en el salario. Virginia explica que por su trabajo cobra “37 dólares la hora”, que aproxima a “unos 20 euros”. Con esa referencia hace una cuenta rápida: “Con una hora y media de trabajo tengo para pagarme los patines”. Es esa relación entre ingresos y gastos lo que, para ella, marca la verdadera distancia entre ambos países.
Por eso, su reflexión final es que tras vivir y trabajar limpiando minas en Australia, asegura que, cada vez que vuelve, la sensación es la contraria a lo que muchos imaginan: “Yo cuando he llegado a España, a mí me parece que España está carísimo”. Una frase que conecta con la percepción de muchos jóvenes que se plantean hacer las maletas buscando fuera lo que no encuentran en el mercado laboral español.

