Logo de Huffpost

Una mujer consigue cancelar una deuda de 186.868 euros tras perder su casa y la de sus padres

La mujer perdió su vivienda y la de sus padres, ya que avalaron con esta y aun así seguía teniendo una deuda pendiente 14 años después de 186.868 euros.


Mazo con billetes euros
Mazo con billetes euros |Envato
Francisco Miralles
Fecha de actualización:

El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Valencia ha fallado a favor de perdonar una deuda de 186.868,28 euros a una mujer por encontrarse en una situación de insolvencia y después de haber perdido su casa y la de sus padres a consecuencia de la crisis inmobiliaria de 2008, tras la subasta de su vivienda al no poder hacer frente a la hipoteca. Aun así, quedó una parte de la deuda por abonar.

Según explica Informativos Telecinco todo empieza cuando esta mujer, tras separarse y con una hija a cargo, decide comprar una vivienda junto con su hermana. Para hacer el frente al pago de la vivienda, solicitaron un préstamo hipotecario por un importe de unos 285.000 euros aproximadamente. A la hora de solicitar el préstamo la entidad bancaria les dijo “que la pensión de mis padres era suficiente como aval” pero luego según explican la medio “el banco pidió que también avalarán con la casa de los padres” algo a lo que accedieron.

Todo iba bien hasta que llego la crisis inmobiliaria en 2008. En ese momento las hipotecas se dispararon y tanto esta mujer como su hermana no pudieron hacer frente al pago de la hipoteca. Al parecer su hermana se quedo sin trabajo y tuvo que volver a casa de sus padres y ella tuvo que hacer frente sola al pago de la misma, por lo que paso de pagar 600 euros a 1.200 euros, todo esto de un mes para otro. Según explica “era todo mi sueldo” quien trabajaba como personal de limpieza.

Como no pudo hacer frente al pago de la hipoteca, en 2010 se las quedo el banco y las mismas fueron subastadas. Décimos se las quedo, porque fueron tanto su vivienda como la de sus padres, ya que avalaron con ese bien. Esto llevo a que tanto ella como su, hermana, padres e hijos tuvieran que buscar un nuevo hogar. “Pese a que yo había firmado la hipoteca, a mí nunca me llegó ninguna notificación. Todas llegaron a casa de mis padres y no fue hasta al cabo de un tiempo cuando uno de mis hermanos me aviso que estaban llegando allí. Dada la situación, entregamos las llaves en el juzgado”.

Esto no fue todo. Al subastarse las viviendas, se vendieron por un precio inferior al valor por el que fueron adquiridas, lo que impidió cubrir la totalidad de la deuda. Esto generó un saldo pendiente, conocido como “cola hipotecaria”, con un importe superior a los 100.000 euros aún por abonar.

Catorce años después le notifican que tiene una deuda pendiente

En 2022, cuando su economía empezó a mejorar, decidió comprar una nueva vivienda por la que tuvo que solicitar una nueva hipoteca. Según explica a los informativos, tanto ella como su hija vivían en un piso de alquiler donde el dueño quería venderlo y tener un precio asequible consulto si podía pagar la hipoteca y donde finalmente lo hizo. Además, según explica, “no estaba en ningún listado de ficheros de morosidad”. Tras la firma de la nueva hipoteca, le notifican que tiene una deuda pendiente de liquidar, mientras que ella pensaba que con la venta de las dos casas la deuda había quedado saldada.

Para esta mujer su situación fue la misma que la de muchas familias con la crisis de 2008. “Les pasó a muchas familias, ya que firmaron altas hipotecas para la adquisición de viviendas y al no poder hacer frente a ellas, los bancos ejecutaron judicialmente esos bienes, sacándolos a subasta por precios inferiores a la mitad y además de quedarse, los deudores, sin las propiedades, se quedaron con deudas imposibles de cubrir. Un drama que a día de hoy todavía se sigue arrastrando” explica la abogada de la mujer Marta Bergadà.

Ante esta situación y para no volver a vivir lo mismo, decidió recurrir a créditos para poder pagar las deudas y llegar a final de mes. Para más inri, esto no fue todo, ya que la mujer fue despedida y perdió su trabajo después según ella “mobbing, acoso laboral”. Aun así intento hacer frente la pago de la deuda con la prestación contributiva por desempleo se cobrara que era de apenas 900 euros.

Ley de segunda oportunidad

Agobiada por las deudas y sin salida, su hija y su yerno le informaron sobre la ley de segunda oportunidad que permite condonar pendientes, aunque afirma “no creía en ella”. Esta mujer ya tenía 60 años y no contaba con mucho conocimientos sobre leyes y burocracia, por lo que un día le contacto una abogada y después de que le denegarán una abogada de oficio para esta causa. “Fue un periodo de tiempo estresante. Durante el verano pasado empecé a recibir muchas llamadas de los bancos, todos los días, a cualquier hora y desde infinidad de números de teléfono distintos. Incluso eran amenazantes”, cuenta la mujer.

Finalmente, el Juzgado Mercantil número 2 de Valencia emitió un fallo para condonar la deuda de 186.868,28 euros gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad, exonerándola así del pasivo insatisfecho. “Cuando me lo dijeron, empecé a llorar” explica la mujer, ya que para ella han sido años muy duros. Ahora dice que podrá ayudar a su hija para que esté más tranquila.