Una maestra de Dübendorf, un municipio cercano a Zurich, ha cobrado 39.000 euros correspondientes a un salario al que ya no tenía derecho. La docente había dimitido de su puesto de trabajo, pero el Ayuntamiento, que era quien pagaba, continuó ingresando la nómina de unos 1.900 euros durante 20 meses. Cuando se dieron cuenta del error, le reclamaron el dinero, pero ella contestó que era imposible devolverlo, ya que se lo había gastado.
Su caso, que han publicado medios como France Info, Le Parisien o Zürcher Oberländer, ha causado un gran revuelo porque ya está en manos de la Justicia. La maestra, además, ha reconocido en varias ocasiones que no se dio cuenta de que su salario seguía entrando en su cuenta bancaria. Una afirmación que, cuanto menos, hace dudar, ya que como ella misma reconoció y entre otras cosas, se ha comprado un coche recientemente.
Han sido los jueces quienes, una vez analizado el caso, han determinado que ese dinero debía ser devuelto al Ayuntamiento, puesto que se trataba de fondos públicos. Al final, la cuantía quedó reducida a poco más de 32.000 euros, aparte de las costas judiciales.
La administración descubrió el fallo y avisó a la maestra
La profesora presentó su dimisión en un colegio situado en Dübendorf por lo que de inmediato debía haberlo notificado al Ayuntamiento, de manera que el ingreso de la nómina se detuviera. Durante al menos 20 meses estuvo recibiendo 36.883 francos suizos (39.000 euros) de manera irregular.
El error se descubrió cuando la maestra acudió al Ayuntamiento para pedir un certificado, entonces, los funcionarios se dieron cuenta de que se estaba pagando un dinero todos los meses que no correspondía.
Inmediatamente, le pidieron que devolviese todo el dinero, pero ella no estaba de acuerdo, ya que aseguraba que no lo tenía porque lo había gastado.
La maestra señaló que no se había dado cuenta
La profesora señaló ante el Tribunal Federal que no había actuado de mala fe porque no se había dado cuenta del ingreso de su sueldo en la cuenta bancaria. El Ayuntamiento, según ella, debería haber detectado el error antes, porque ahora no podía reintegrar el dinero cobrado de más, ya que lo había gastado “en la compra de un coche”.
Los jueces no estaban de acuerdo apuntando que había declarado las cantidades que había cobrado a Hacienda y que recibía un correo electrónico con las nóminas todos los meses. Se condenó a la docente a reembolsar más de 32.000 euros, más 2.000 euros en costas judiciales.

