Los legados solidarios con condiciones es la forma que tienen algunas personas de contribuir a la sociedad. Sin embargo, no siempre se cumplen los deseos de quienes confían sus bienes a una institución pública o a un ayuntamiento, y el tiempo, la burocracia y las prioridades políticas pueden dejar en nada una voluntad clara. Es el caso de una anciana de 96 años de un pueblo francés que dejó en herencia al ayuntamiento una vivienda para que construyeran un centro de mayores y casi una década después de su fallecimiento, su deseo sigue sin hacerse realidad y el dinero se ha invertido en otras cosas.
Según recogen desde el medio local ‘Oise Hebdo’, el ayuntamiento aceptó oficialmente el legado en 2017, pero poco tiempo después manifestó que su valor, más de 525.000 euros, no era suficiente para financiar la construcción de una residencia para mayores.
El alcalde solicitó a la justicia poder destinar el dinero a otros proyectos, como la compra de apartamentos para mayores en promociones privadas, pero con el paso de los años no se ha materializado ningún avance. Ni se ha construido el centro prometido ni consta la adquisición de nuevas viviendas municipales.
No hay rastro de que el dinero se haya invertido ni aparece en ninguna partida presupuestaria
El concejal de la oposición, decidió investigar el caso a fondo, revisando todas las actas municipales, los registros de propiedades y hasta las cuentas públicas, sin encontrar rastro de que el dinero se haya invertido conforme a los deseos de la fallecida. A día de hoy, la cifra íntegra no aparece en ninguna partida, y el número de viviendas municipales sigue siendo el mismo.
Ante las preguntas de la oposición, sobre qué ha sido del dinero de la herencia, el ayuntamiento ha respondido por escrito que los fondos han servido para distintos fines: una consulta médica, una mediateca, actividades para mayores, sistemas de videovigilancia y obras de mejora en el espacio público.
La oposición discrepa y recuerda que la donante pedía un “centro” para mayores, no necesariamente una gran residencia. “Con ese dinero, se podría haber acondicionado un espacio de socialización o adquirir algunos apartamentos adaptados”, insiste la oposición, que pide transparencia y respeto a la voluntad de la benefactora. El alcalde, por el momento, no ha querido responder a nuevas preguntas.