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Un indigente gana 1,7 millones de euros en la lotería con las últimas monedas que le quedaban en el bolsillo

El dinero lo usará para pagar sus deudas y construir una fundación para ayudar a personas con adicciones y mujeres víctimas de violencia.


Laszlo Andraschek
Un indigente gana 1,7 millones de euros en la lotería con las últimas monedas que le quedaban en el bolsillo |BorsOnline
Francisco Miralles
Fecha de actualización:

La fortuna puede cambiar la vida de cualquiera, pero a veces hay que saber reconocerla cuando se presenta, incluso en los momentos más difíciles. Esto fue lo que le ocurrió a László Andraschek, un ciudadano húngaro sin hogar que, con las últimas monedas que llevaba encima, compró un billete de lotería que le acabó convirtiendo en millonario, ganado la cantidad de 1,7 millones de euros. Su historia, que comenzó en una estación de tren camino de un taller para personas en rehabilitación, ha terminado con el anuncio de que destinará parte del premio a crear una fundación para ayudar a personas con adicciones y mujeres víctimas de violencia machista.

Todo empiezo el pasado mes de septiembre, aunque este hecho no ha hecho público hasta ahora, meses después, tal y como recoge el medio The Guardian, cuando Andraschek hizo una donación a un albergue para personas sin hogar. El billete premiado, comprado en una estación cuando se dirigía a Budapest, le hizo ganar 630 millones de florines húngaros (que al cambio son 1,7 millones de euros). Según explica, eligió seis números de forma aleatoria y dejó que la empleada del establecimiento seleccionara el séptimo.

Tras enterarse de que era millonario, el primer paso fue saldar todas sus deudas. Después, compró viviendas para sus tres hijos y ayudó a varios familiares. También adquirió un coche, aunque ni él ni su esposa saben conducir, por lo que el vehículo será utilizado únicamente por sus hijos.

Millonario, pero consciente

Andraschek, de 55 años y residente en la ciudad de Győr, ha manifestado que mantendrá una actitud prudente con el dinero. “Podría comprar un televisor grande porque ahora puedo permitírmelo, pero no voy a comprar tres solo porque también puedo”, declaró. Su objetivo principal es fundar una organización dedicada a apoyar a personas con problemas de adicción y a mujeres maltratadas, una causa con la que se siente personalmente vinculado.

Explica que acaba de superar una larga etapa de alcoholismo, de la que lleva cinco años recuperado, y asegura que no tiene intención de volver a esa vida.

El caso de Andraschek ha cobrado mayor relevancia al coincidir con la polémica generada en Hungría por una ley que prohíbe dormir en la calle. La normativa, impulsada por el gobierno de Viktor Orbán, permite que las autoridades multen o incluso encarcelen a las personas sin hogar que pasen la noche en espacios públicos. Según estimaciones de organizaciones sociales, en el país hay alrededor de 30.000 personas en situación de sinhogarismo, muchas de las cuales no tienen acceso a recursos mínimos para subsistir.

Ante esta situación, colectivos como A Város Mindenkié (“La ciudad es para todos”), gestionado por personas sin hogar, han organizado protestas tanto en Budapest como en otras ciudades europeas como Londres, París, Viena, Bruselas o Nueva York, denunciando lo que consideran una criminalización de la pobreza por parte del Estado.

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