El sector de la construcción en España vive un momento algo delicado, pues mientras faltan manos para levantar viviendas, las nuevas generaciones apenas se interesan por oficios como la albañilería, la fontanería o la carpintería. La falta de relevo generacional amenaza con dejar a la obra sin trabajadores cualificados, y quienes se mantienen dentro del oficio denuncian que las condiciones no son atractivas para los jóvenes.
En el podcast Sector Oficios, Santi, un joven albañil madrileño que suma más de 20 años de experiencia junto a su padre, ofrece un testimonio en primera persona de cómo se vive en el andamio y lo que se puede esperar en un sector cada vez más envejecido. “Si hoy te pones a buscar albañiles, ya no encuentras a nadie. Nadie quiere trabajar en esto”, explca.
El oficio de siempre, con sueldos de hoy
Santi reconoce que la albañilería es un trabajo duro, de esfuerzo físico constante, donde los hombros, la espalda y las rodillas se resienten con los años. Sin embargo, esa dureza no se compensa con el salario. “Antes la obra era un oficio con el que ganabas bien, pero hoy la mayoría de los jóvenes prefieren trabajos menos sacrificados aunque se cobre lo mismo”, lamenta.
Según explica, un peón entra cobrando lo justo, con sueldos que muchas veces no llegan ni a superar en exceso el Salario Mínimo Interprofesional. Los oficiales de primera pueden llegar algo más arriba, pero no lo suficiente como para atraer a nuevas generaciones. “El problema es que la juventud no quiere un trabajo tan exigente por lo que se paga. Y sin relevo, dentro de 20 años no quedará nadie para construir casas”, advierte.
El joven cuenta cómo entró en la empresa familiar: empezó desde abajo, como peón, picando con el pistolete como cualquier otro aprendiz, sin importar que fuese hijo del jefe. “Llegas perdido, te cansas mucho, pero aprendes mirando a los oficiales y poco a poco te vas formando”, recuerda.
El problema, dice, es que los jóvenes de hoy no están dispuestos a pasar ese periodo de sacrificio: “Antes te pagaban poco o nada al empezar, pero lo hacías para aprender. Ahora muchos chavales quieren entrar cobrando como oficiales sin saber poner un ladrillo”. Una situación que complica la viabilidad de un oficio que necesita transmitir el conocimiento de generación en generación.
Redes sociales para dar visibilidad al oficio
Santi combina la obra con su faceta digital como creador de contenido en TikTok. Conocido como “el albañil del TikTok”, comparte consejos, anécdotas y herramientas del día a día. Su objetivo, asegura, no es la fama, sino dar publicidad a la empresa y ayudar a la gente: “Si alguien tiene una duda o quiere arreglar algo en casa sin que le cobren un riñón, intento contestar y explicar lo que pueda”.
Además, ha creado un grupo de WhatsApp donde se reúnen jóvenes de la construcción de distintos países. Allí comparten dudas, experiencias y ofertas de trabajo. “Es una manera de motivarnos entre todos y demostrar que todavía hay gente con ganas en este sector”, señala.
El futuro de la obra, en el aire
El testimonio de Santi refleja la encrucijada en la que se encuentra la construcción en España: salarios bajos, escaso atractivo para los jóvenes y un desgaste físico enorme. Al mismo tiempo, la necesidad de vivienda sigue siendo alta y el relevo generacional es casi inexistente.
“Cuando no quede nadie, se va a ganar mucho dinero en la construcción. Pero de momento, el problema es que no quiere entrar nadie”, concluye.
