Una mujer que llevaba toda la vida trabajando, concretamente desde los 14 años, fue obligada a jubilarse con solo 28 años cotizados porque había pasado un gran número de años sin estar dada de alta por la Seguridad Social. De ahí que ahora solo tenga una pensión de 800 euros, aunque dejara de trabajar con 65 años. “Me dijeron que ya había trabajado bastante”, se lamenta, aunque insiste en que volvería a trabajar si fuera necesario.
Antonia Velázquez es uno de esos casos que les hubiera gustado seguir en activo, pero la normativa la forzó a jubilarse al cumplir 65 años. “A mí me dicen que me tengo que jubilar con 65 años y 7 meses, pero yo le digo que si podía seguir trabajando y me dicen que no”, recuerda. Pese a su amplia trayectoria laboral, únicamente cotizó 28 años y eso condicionó su pensión, como ha contado en el programa de Antena 3 ‘Y ahora Sonsoles’.
La mujer confiesa que la situación económica y el vacío personal la han hecho replantearse su vida. Y es que le ha quedado una pensión muy baja “no porque no haya trabajado, sino porque no me tenían asegurada, no en esa empresa, sino en otros sitios”.
Además, Antonia recuerda que no tuvo vacaciones hasta que era bien mayor: “Yo desde los 14 años no he parado y hasta los 43 no tuve mis primeras vacaciones”, confiesa.
Su trayectoria laboral es lo bastante amplia como para poder disfrutar de una vida de jubilada más digna de lo que realmente le queda, ya que Antonia Velázquez ha trabajado “en una peluquería, en una residencia de ancianos, he trabajado en casas…”.