Estos son los ‘riesgos’ de retrasar la jubilación tras la última reforma: ¿habrá dinero para pagar las pensiones?

Fedea acaba de publicar un informe y alerta de la “generosidad” de los nuevos incentivos para retrasar la edad de jubilación.

Mujer pensionista contando billetes de euros
Fedea expone cuáles serán los riesgos económicos de los últimos cambios en la pensión de jubilación. Canva
Isabel Gómez

Hace apenas unos días, la Seguridad Social ha firmado con los agentes sociales los cambios que entran en vigor en la pensión de jubilación, lo que ha provocado que la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) publique un informe con los riesgos que estos cambios pueden traer al sistema de pensiones. ¿Habrá dinero para pagar las pensiones? A continuación, se dan los detalles de este estudio y los ‘puntos débiles’ que ven los economistas.

¿Es posible realmente compilar los beneficios de la jubilación demorada y la jubilación activa? Ambas permite compatibilizar la pensión con un trabajo, tanto antes como después de la edad de jubilación correspondiente. Pero para el autor de este estudio, lo que existen son riesgos financieros para el sistema de la Seguridad Social.

Los mayores riesgos económicos de los cambios recientes aprobados para la jubilación

Como apuntan desde Fedea, en términos financieros se comprueba que estas medidas de retraso en la pensión de jubilación pueden generar un mayor coste para el sistema de pensión con respecto a la edad anterior. El motivo es por: “añadir un incentivo del 4% por diferimiento de la jubilación al pago realizado en el periodo adicional de trabajo remunerado (entre el 45% y el 100% de la cuantía de la pensión”.

En caso de que aumente el gasto en pensiones, habría otra consecuencia y es que “esta nueva modalidad por más personas aumentaría aún más en términos agregados el gasto futuro en pensiones, apunta el informe”.

Según el autor del estudio, es cierto que aún falta por hacer análisis más exhaustivos, pero sí que hay motivos que indican que ese aumento de la generosidad de los incentivos puede desembocar en un ‘peso muerto’ al crecer el gasto sin un efecto proporcional sobre el retraso de la edad de jubilación al que el Gobierno fía en buena parte la sostenibilidad del sistema.

A esto se suma que la reducción de los obstáculos existentes para la prolongación de la vida laboral son positivos, las medidas tomadas son insuficientes. Además, ponen de manifiesto que sigue habiendo trabas innecesarios para compatibilizar el trabajo con la pensión, “como la espera de un año para el acceso a la jubilación y la imposición de límites sobre la jornada laboral”, recogen desde Europa Press.

Por último, también ponen de manifiesto que en este último cambio no se ha aprovechado para establecer una condiciones atractivas para las empresas, como:

  • La eliminación de costes de despido para los que trabajen más allá de la edad de jubilación,
  • La posibilidad de renegociar los salarios.

Aumento de los costes tras el acuerdo con las mutuas por la incapacidad temporal

Otras de las medidas recogidas en el último acuerdo de la mesa de diálogo social fue la posibilidad de que, en casos de incapacidad temporal por enfermedades o accidentes traumatológicos, las mutualidades colaboradoras con la Seguridad Social pongan a disposición sus recursos humanos y materiales. El objetivo es que se “reduzcan las largas listas de espera del sistema público de salud”. 

No obstante, desde Fedea alertar de que “la posibilidad de que las mutuas puedan jugar un papel importante en la gestión de las bajas laborales puede implicar ganancias en la eficiencia de la gestión, pero puede reducir ‘significativamente’ el crecimiento del gasto en la prestación, que se ha triplicado en los últimos 14 años unos 14.000 millones de euros”.

Al mismo tiempo, el estudio advierte de que esta medida supondrá un aumento de los costes administrativos.

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