La jubilación anticipada es una modalidad de la Seguridad Social que permite a los trabajadores retirarse antes de llegar a su edad ordinaria de jubilación. Pero esta conlleva recortes en forma de porcentaje, los cuales será más o menos alto dependiendo del total de años cotizados o los meses adelantados con respecto a esa edad. Esto sucede siempre, incluso si el anticipo es involuntario, es decir ajeno a la voluntad del trabajador.
En el caso de las jubilaciones anticipadas forzosas, que permite un adelanto de hasta 4 años respecto la edad ordinaria, el recorte puede llegar a ser de hasta el 30%. Aunque, la decisión de jubilarse depende siempre de la voluntad del trabajador, esto le deja en una difícil posición, ya que debe decidir entre buscar trabajo a los 60 años y ver como la cuantía de jubilación se ve perjudicada o retirarse sabiendo que la Seguridad Social le va a penalizar igualmente.
Esto es lo que denuncia la asociación ASJUBI40, que busca eliminar los coeficientes reductores en las jubilaciones anticipadas con más de 40 años cotizados, algo que ha rechazado el Gobierno. Uno de esto ejemplos es el de Paco Crespo, quien cuenta su historia sobre cómo “injustamente” le han penalizado de por vida, ya que ha perdido casi una quinta parte de su pensión, a pesar de haber cotizados más de 46 años a la Seguridad Social.
Paco explica que lleva trabajando desde muy joven. “He trabajado desde los 14 años en tres empresas diferentes, combinando jornadas de trabajo de 8 horas con estudio de la ingeniería técnica”. Relata que ha tenido una vida laboral larga, pues tal y como señala ha “cotizado durante 46 años tras sufrir varias crisis laborales”. De hecho, en la última empresa estuvo “los últimos 40 años”.
La mala fortuna tocó a su puerta y a los 60 fue despedido. “Fui al paro con 60 años”. En ese momento tenía dos opciones, buscar un nuevo empleo o jubilarse anticipadamente de forma involuntaria, por lo que optó por esta segunda. “Me jubile con 62 años, pero me aplicaron una penalización del 18%” y añade que este recorte lo sufre “de por vida y eso es muy injusto”.
Paco Crespo, al igual que otros muchos jubilados, piensan que esa penalización es abusiva, ya que han sido los que más han aportado al sistema, por lo que no entiende que se les castigue, máxime cuando el motivo de acceder a la jubilación ha sido ajeno a su voluntad.
Este jubilado piensa que, en muchas ocasiones, la jubilación no es una elección, sino una obligación, porque no hay más opciones. Por otro lado, añade que es una desigualdad, pues hay trabajadores que no son sancionados y se pueden jubilar con 60 años y 30 años cotizados, sin olvidar aquellas otras profesiones como mineros, policías locales, artistas, pilotos y funcionarios de clases pasivas, que pueden jubilarse incluso desde los 52 años sin sufrir la aplicación de estos coeficientes reductores. Por ello, reclaman el fin de lo que consideran una “condena injusta”.
