Las personas que, tras una enfermedad o accidente, ven reducida o anulada su capacidad laboral de manera previsiblemente definitiva, pueden acceder a una pensión de incapacidad permanente. Hay distintos grados y, se concede uno u otro, en función de la limitación y la disminución que ocasione. Dicho esto, sus posibles beneficiarios deben de pasar por un tribunal médico y, recientemente, el abogado Pablo Ródenas, especializado en incapacidad, ha querido explicar “las cinco trampas psicológicas que más usa el Tribunal Médico y nadie os cuenta”.
Sobre estas trampas, ha recalcado que “hay cosas que el Tribunal Médico no te dice, pero que te hace” y que “no es maldad, es técnica, es psicología de evaluación”. Por ello, ha querido explicarlas para que no se caiga en ellas “sin querer”, pero no para “engañar o mentir”.
La primera de ellas, se trata de “la pregunta espejo”, que es “¿cómo te encuentras hoy?”, detallando Ródenas que la hacen “como si fuera una charla del pasillo”. Sin embargo, advierte que no quieren saber cómo estás, sino como te describes: “Si dices bien dentro de lo que cabe, zas, lo anotan como mejoría, estabilidad, función conservada”. Por esta razón, advierte que se debe responder con hechos, no con frases hechas: “hoy estoy igual que siempre desde la lesión”.
Más “trampas psicológicas” del tribunal médico
La segunda pregunta “trampa” que enumera este abogado es la del “héroe silencioso”. Te dicen, “¿Y en casa, ¿quién hace las tareas?” La mayoría cae en la trampa del orgullo. “Bueno, lo hago yo como puedo”. Y ahí sonríen por dentro. Autonomía funcional conservada”. En este caso, la forma correcta de responder es “necesito ayuda y lo que hago lo hago con dolor, lentitud y pausas”.
En tercer lugar, se encuentra la trampa “de la contradicción emocional”, que Pablo Ródenas explica de la siguiente forma: “Te sueltan, ¿y te gustaría volver a trabajar? Es una pregunta emocional, pero la respuesta la usan como dato laboral. Si dices sí, claro que sí, lo anotan como capacidad laboral potencial”. Así pues, aconseja responder de este modo: “Me gustaría, pero mi estado actual no me lo permite”.
La cuarta pregunta asegura que es “muy fina”, y la llama “la zen”. En la misma, preguntan algo así como “¿Y qué haces para distraerte?”, queriendo saber Quieren si puedes concentrarte, leer, caminar… “actividades que supuestamente no deberías”. Por este motivo, Ródenas explica que “si dices, “leo, paseo, veo series” o similar, “mal asunto”. Se debe responder “con matices”, como “hago cosas muy básicas porque me canso rápido, pierdo la concentración y me duele”.
La última pregunta es la del “cuéntame más”. “Cuando respondes algo importante, hacen una pausa larga, incómoda y te miran. Esa pausa no es casual. Es una técnica psicológica para que rellenes silencios y acabes diciendo algo que no deberías haber dicho”. En este caso, el abogado revela que la clave es contestar y callarte y no explicar de más. “No rellenes silencios que no son tuyos”, afirma.
De nuevo, reitera que no explica todo esto para que “mientas ni para que engañes al sistema”, sino para que “no te sabotees con estas situaciones tan humanas y tan frecuentes”, señalando que el Tribunal Médico no solo evalúa los informes, sino que “analizan tu coherencia, tu conducta y la forma en la que respondes”. Tanto así, que asegura que “muchas valoraciones se pierden no por falta de lesiones… sino por caer en trampas psicológicas muy sutiles”.
