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Marie-José (64 años), jubilada con una pensión de 1.800 euros al mes: “no quiero ganar más de 1.000 euros porque no trabajo para el Gobierno”

La exempleada de una cadena de muebles creó su propia microempresa para complementar su pensión y mantenerse activa. Dedica unas cien horas al mes a vender materiales ecológicos para escuelas.

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Marie-José (64 años), jubilada con una pensión de 1.800 euros al mes |Envato
Francisco Miralles
Fecha de actualización:
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Marie-José tiene 64 años y cobra una pensión de jubilación de 1.800 euros netos al mes. Podría haber optado por una jubilación tranquila, pero decidió lo contrario. Está jubilada del sur de Finisterre (Francia), que durante casi 40 años trabajó en una conocida cadena de muebles, eligió volver a levantar un pequeño proyecto profesional para seguir trabajando para complementar la pensión. “No quería quedarme sin hacer nada. Toda mi vida he trabajado y sentía la necesidad de mantener mi mente y mi cuerpo en movimiento”, explica con entusiasmo.

Su trayectoria profesional es extensa. Según cuenta al medio Le Figaro empezó en Cherburgo y más tarde se trasladó a Quimper, donde llegó a convertirse en subdirectora de departamento. Especializada en electrodomésticos de alta gama, siempre ha destacado por susperar sus objetivos. “Alcanzaba hasta un 12 por ciento de las ventas de servicios cuando la media estaba en el 6 o 7%”.

Pero una enfermedad articular crónica la obligó a poner fin a su vida laboral a los 60 años, justo dos antes de alcanzar su edad de jubilación. Así y tras pasar un año como desempleada, decidió inscribirse como demandante de empleo y buscar trabajo a pesar de sus limitaciones físicas.

De esta forma, estuvo encadenando algunos trabajos temporales, hasta que a finales de 2024 encontró por Internet una oferta de Scol art'rex, una empresa de Occitania dedicada a la venta de material escolar ecológico. La propuesta era única. No existía contrato como asalariada y para optar al puesto debía crear su propia microempresa. “No sabía nada del trabajo autónomo. Me encontré con un mundo complicado, trámites en el INPI y muchas trampas online”, reconoce. La situación cambió cuando acudió a BGE, una red francesa especializada en el acompañamiento a emprendedores. “BGE me lo abrió todo. Sin ellos no lo habría logrado”.

Desde marzo de 2025, Marie-José recorre las localidades del sur de Finisterre presentando pinturas, arcillas y pegamentos fabricados en Francia y pensados para centros educativos. Visita escuelas, residencias y centros de ocio. “Son productos saludables, sin moho y hechos con cereales. Me encanta lo que vendo”, asegura. Su “nueva vida laboral” le hace ser totalmente independiente. Organiza sus rutas, gestiona las citas y registra los pedidos en el software que la empresa pone a su disposición.

Decidió compatibilizar la pensión con un trabajo

Dedica unas 100 horas al mes a este pequeño negocio que le permite mantenerse activa laboralmente un ritmo de vida activo. “Trabajo a tiempo parcial y me organizo para no recorrer más de 30 kilómetros entre citas. Por las tardes introduzco mis ventas, que se pagan a comisión. Es un verdadero reto organizativo”. Suele tener unas diez citas semanales, a veces más. Su objetivo económico es firme y deliberado. “No quiero superar los 1.000 euros al mes. Ese es mi punto de referencia. No trabajo para el Gobierno”, afirma entre risas. Con esa cantidad complementa su pensión sin incrementar impuestos ni cotizaciones.

Esta experiencia le ha devuelto la confianza y el entusiasmo. “Estoy orgullosa. Estoy demostrando que es posible incluso estando jubilada”, explica. Y quiere que su historia llegue a otros futuros pensionistas y a los jóvenes que se incorporan al mercado laboral. “No quiero ser un modelo a seguir. Pero si puedo acompañarlos y demostrarles que es posible, entonces lo habré logrado”.

De momento, seguirá mientras las fuerzas la acompañen. Quizá hasta los 70, cuando espera cumplir un sueño largamente aplazado: viajar a Canadá, un país que adora.